SALIDA DE LA UE
El Reino Unido activa el 'brexit'
La primera ministra May firma la carta que inicia el proceso de salida del país de la Unión Europea. El representante británico ante la UE, Tim Barrow, entregará la misiva al presidente del Consejo Europeo
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha firmado la carta mediante la cual el Gobierno británico notifica a la Unión Europea su deseo de iniciar el proceso de retirada de la organización regional. En esta misiva, el Reino Unido invoca el artículo 50 del Tratado de la UE (TUE), más conocido como Tratado de Lisboa, que recoge el derecho de los estados miembro a abandonar el bloque comunitario y establece unas normas mínimas para ello.
La carta, firmada en las primeras horas de este miércoles 29 de marzo, será entregada hoy mismo al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, por el embajador británico, Tim Barrow, tras lo cual comenzará a contar el plazo de dos años que el TUE da a las partes para negociar los términos en los que se producirá el divorcio. El Gabinete de May hacer realidad así el mandato que recibió de los británicos en el referéndum celebrado el pasado 23 de junio para que el país salga de la UE, a la que se adhirió en 1973 y de la que ha sido un socio principal. Es la primera vez desde la creación de la UE, hace ya seis décadas, que uno de sus miembros opta por la retirada. Está previsto que May hable hoy en la Cámara de los Comunes para enviar un mensaje de unidad.
El inicio del proceso de desconexión entre Reino Unido y la Unión Europea tiene protagonistas y hora. El representante permanente británico ante la UE, sir Tim Barrow, será el responsable de entregar en mano al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la carta en la que el Ejecutivo de Theresa May notifica oficialmente la intención de abandonar el club. La cita está prevista entorno a las 13.30 horas –al mismo tiempo de la comparecencia de May en la Cámara de los Comunes--- y el gesto pondrá automáticamente en marcha el reloj del brexit.
BARROW, EL MENSAJERO
Barrow, exembajador en Moscú durante cuatro años y que ha sido director político del Foreign Office, sustituyó a principios de enero a Ivan Rogers, diplomático de carrera también, muy estimado en Bruselas y que renunció de forma totalmente inesperada dejando un duro mensaje a los funcionarios británicos de la capital comunitaria. "Espero que continúen desafiando los argumentos malfundados, el pensamiento confuso y que nunca tengan miedo de contarle la verdad a aquellos en el poder. Espero que se apoyen mutuamente en estos difíciles momentos en los que tienen que entregar mensajes que son desagradables a aquellos que necesitan escucharlos", les transmitió en un correo.
Con la notificación oficial sobre la mesa, los 27 y el Reino Unido tendrán un plazo máximo de dos años para cerrar un acuerdo sobre los términos de la separación, según estipula el artículo 50 del Tratado de la unión. Un período límite que solo podría extenderse si el Consejo Europeo lo decide de forma unánime algo que hoy por hoy no contempla nadie. El siguiente paso clave en el proceso será que el Consejo Europeo apruebe las líneas directrices de la negociación en las cuáles se basará el mandato del negociador europeo, el ex comisario y ex ministro francés Michel Barnier.
DIRECTRICES DE NEGOCIACIÓN
Tusk, que mantuvo este martes una conversación telefónica con May y tiene previsto comparecer ante la prensa una vez que la premier británica termine su intervención ante el Parlamento británico, remitirá a los 27 gobiernos de la UE un borrador con las directrices de negociación entre el 30 y el 31 de marzo, fecha en la que se baraja una reunión de embajadores permanentes de la UE para hacer una primera lectura. A partir de ese momento la maquinaria europea se pondrá en marcha para ir acotando y cerrando esta primera guía de negociación –en otoño podría llegar una segunda versión- en respuesta a la postura británica que aprobarán los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre extraordinaria convocada por el presidente de la UE para el 29 de abril en Bruselas.
Unas vez que los líderes de la UE den vía libre al texto, el órgano responsable de autorizar la apertura de negociaciones será el Consejo de asuntos generales –reúne a los responsables de asuntos europeos- que tendrá también que aprobar el mandato negociador de Barnier, un documento “más concreto y detallado”, según fuentes diplomáticas, y el paso definitivo para que puedan empezar oficialmente las negociaciones. Según las mismas fuentes, este mandato se centrará en esta primera fase en dos elementos: los derechos de los ciudadanos y el presupuesto. Se trata de los dos asuntos prioritarios destacados por Barnier que pretende cerrar un acuerdo sobre ambos antes de empezar a hablar de períodos transitorios y futuras relaciones.
La intención del francés, tal y como avanzó él mismo la semana pasada ante el comité de las regiones, es llevar la negociación con transparencia. De esta forma, esperan en Bruselas combatir la intoxicación que ya ha empezado desde Londres. “Los primeros meses van a ser los peores. Si llegamos al otoño con un acuerdo político. el brexit tendrá lugar en el plazo establecido. Si no llegamos a un acuerdo porque hay un enfrentamiento radical entraremos en una crisis grave que puede tener consecuencias de todo tipo”, augura un alto cargo europeo.
LA EUROCÁMARA HACE BALANCE
Aunque la Eurocámara no forma parte directa de la negociación sí tiene mucho que decir –tendrá que aprobar por mayoría simple el acuerdo final- y esta tarde la conferencia de presidentes –que reúne a los líderes de los grupos políticos- abordará las consecuencias de la activación del artículo 50 y su presidente y el negociador, Antonio Tajani y Guy Verhofstadt, también comparecerán ante la prensa. De momento el jefe de filas del PPE, Manfred Weber, ha reiterado este martes que no ve posible negociar la separación y una nueva relación todo al mismo tiempo en dos años y ha insistido, lo mismo que Barnier, que la prioridad debe ser clarificar los derechos de los 4,4 millones de europeos que viven en Reino Unido y la factura de la separación. “En todo divorcio el dinero es una de las cuestiones críticas y en este también lo será. Reino Unido decidió sobre el actual marco financiero. Influyeron mucho y ahora tienen que mantener su promesa”, ha advertido.