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Le Pen gana el primer asalto contra Macron en una emboscada política

La ultraderechista dejó a su rival fuera de juego con una inesperada visita a una fábrica.

Le Pen posa junto a empleados de la firma Whirlpool frente a la fábrica de la compañía. C. PETIT TESSON

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León

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Enrique Rubio | París

El paseo militar que el socioliberal Emmanuel Macron podía esperar hacia el Palacio del Elíseo comenzó ayer de la peor de las formas posibles para él, con una hábil maniobra política de su rival, la ultraderechista Marine Le Pen, que lo dejó fuera de juego con una inesperada visita a una fábrica.

Por sorpresa y demostrando la cintura política que siempre se le ha atribuido, Le Pen apareció junto a los trabajadores en huelga de la fábrica de Whirlpool en Amiens (norte), que será deslocalizada, mientras Macron se reunía a puerta cerrada con los sindicatos en la Cámara de Comercio. El poder de la imagen fue devastador: el baño de masas de la ultraderechista, entre selfis a las puertas de la planta y gritos de «¡Marine presidenta!», difundido al mismo tiempo que la reunión de un Macron cariacontecido frente a una magra representación sindical.

El problema de la fábrica de Amiens, que además es su ciudad natal, ha supuesto una piedra en el zapato para Macron desde que se conociera en enero que Whirlpool planea trasladar su producción a Polonia. Con 290 empleos fijos en el alero, el exministro de Economía aceptó reunirse con el comité intersindical de la planta, pero no visitar a los huelguistas junto a la fábrica.

Le Pen, que tiene en el voto obrero uno de sus principales caladeros de cara a la segunda vuelta de las elecciones el próximo 7 de mayo, no dudó en aprovechar la situación.

«Desprecio»

«Que Macron venga aquí no para reunirse con los huelguistas sino a no sé qué sala de la Cámara de Comercio, para reunirse con dos o tres personas, es una demostración tal de desprecio que he decidido salir de mi consejo estratégico (en París) para venir a Amiens», espetó Le Pen ante las cámaras. El socioliberal intervino al finalizar la reunión para defender su encuentro con los sindicatos y atacar la «utilización política» que a su juicio hizo su adversaria del conflicto social. «El proyecto de Le Pen no arregla nada de la situación de Whirlpool. ¿La salida de la UE? Si ella es elegida, esta fabrica cerrará, como muchas otras en Francia», consideró.