La ultraderecha alemana se fractura
La copresidenta de Alternativa para Alemania (AfD), Frauke Petry, abandona por sorpresa el grupo parlamentario ultra por sus discrepancias y será diputada independiente
No han hecho falta ni 24 horas desde que se coronasen como tercera fuerza política de Alemania para que la ultraderecha haya evidenciado sus primeras fracturas internas. Tras obtener un 12,6% de los votos en las elecciones generales, la rueda de prensa de Alternativa para Alemania (AfD) de este lunes tenía que ser una declaración de poder pero se ha convertido en todo lo contrario. La copresidenta del partido y líder del Estado de Sajonia Frauke Petry ha sorprendido a todos al asegurar que no se unirá a las filas de su partido en el Bundestag, el Parlamento alemán, pero que seguirá como diputada independiente.
Frente a las caras de incredulidad de la cúpula del partido, a quien no había comunicado su decisión, remitió a las diferencias entre las distintas facciones políticas de AfD como motivo de su baja. Sin responder a las preguntas de la prensa, Petry ha abandonado la sala en medio de la rueda de prensa, un más que estudiado gesto. Antes de exhibir su salida del grupo, Petry ya había criticado abiertamente al candidato ultra Alexander Gauland por asegurar que "cazarían a Merkel" y desmintió las afirmaciones de sus compañeros que aseguraban que no había tendencias racistas en AfD. "Sus acusaciones son una broma. No veo ningún peligro (en su adiós)", ha respondido Gauland en una entrevista al ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’. La candidata Alice Weidel ha pedido a Petry que se vaya del partido.
El ‘land’ en el que capitanea a AfD, Sajonia, se ha convertido este domingo en el principal feudo ultraderechista del país. El 27% de los votos obtenido les ha situado como partido más votado y ha dado valor a Petry para escindirse. Convertida en una de las caras más mediáticas del partido, ha asegurado que quiere liderar un "nuevo inicio conservador", dejando la puerta abierta a crear un partido. Los expertos apuntan a que podría tratar de captar el voto de miembros de AfD de Renania del Norte-Westfalia, ‘land’ donde el grupo ultra es presidido por su marido Marcus Pretzell. Sin embargo, para formar un nuevo grupo parlamentario tendría que agrupar a 34 diputados, lo que apunta a una misión suicida.
Cruce de puñales
El pasado abril, Petry, entonces principal cara visible del partido y sedienta de hacerse con más poder, fue rebatida por unas bases que terminaron optando por una opción más ultra. El nacional-conservador Gauland y la euroescéptica Weidel fueron elegidos como la pareja de candidatos de AfD para las elecciones generales, una fórmula que ha dado sus frutos. Ahora Petry vuelve a la carga. "Es un cadáver político, una oportunista que incluso derrotada se mantuvo dentro del partido para obtener un escaño en el Bundestag. Ha quedado aislada", asegura Andreu Jerez, autor del libro ‘Factor AfD’.
Desde su fundación en 2013, AfD ha sido un partido marcado por una latente tensión entre sus distintas facciones, que van de euroescépticos a ultraconservadores, pasando por posiciones filonazis. La misma Petry fue protagonista cuando el 2014 consumó el parricidio político contra Bernd Lucke, fundador del partido, y se alzó como líder mientras se servía de un mensaje racista que giró el partido hacia una posición más abiertamente ultraderechista. Irónicamente, su ambición la llevó a ser depuesta por un sector aún más radical mientras ella es considerada como una moderada que pide una posición más "constructiva". El año pasado pidió disparar a los refugiados que cruzasen la frontera.