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ESCÁNDALO INTERNACIONAL

Schröder, el canciller con las manos manchadas de petróleo

Los 'Papeles del Paraíso' desvelan que el exlíder alemán trabaja para petroleras rusas cercanas a Putin y situadas en paraísos fiscales

El excanciller alemán, Gerhard Schroeder, en su comparecencia en San Petesburgo tras ser nombrado presidente de la petrolera rusa Rosneft.

Publicado por
CARLES PLANAS BOU
León

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La publicación de los 'Papeles del Paraíso' también ha golpeado a Alemania. Los cientos de miles de documentos filtrados, que destapan la participación de grandes fortunas mundiales en fondos situados en paraísos fiscales para ahorrarse así el pago de impuestos, han vuelto a apuntar con el dedo a Gerhard Schröder. El excanciller alemán y líder histórico de los socialdemócratas aparece vinculado a TNK-BP, una compañía petrolera ubicada en las Islas Vírgenes Británicas y con interesantes conexiones con la Rusia de su amigo Vladímir Putin.

Tan sólo cuatro años después de abandonar el poder tras ser destronado por Angela Merkel, Schröder fue contratado en 2009 como consejero independiente por esta compañía que, pese a ser propiedad de un consorcio ruso y de la inglesa BP, tenía su sede en este reconocido paraíso fiscal del Caribe. Según apunta la revelación liderada por el diario muniqués ‘Süddeutsche Zeitung’, TNK-BP contactó con la firma legal ‘offshore’ Appleby - de donde se han filtrado parte de los ‘Paradise Papers’ - para que asesoraran a los consejeros independientes de la compañía en "ciertos procedimientos corporativos bajo las leyes de las Islas Vírgenes Británicas".

Debido a un conflicto de interés, Appleby rechazó ese papel como asesor. Además de Schröder, los otros consejeros eran el empresario James Leng y Alexander Shokhin, exminstro ruso y actualmente miembro del consejo supremo del partido de Putin. Dos meses después de esa petición, el 9 de diciembre de 2011, el excanciller dejó su cargo.

ESTRECHO VÍNCULO CON RUSIA

Dos años después de abandonar el barco petrolero de TNK-BP, el gigante estatal ruso Rosneft adquirió la empresa, convirtiéndose así en el productor de petróleo más grande del mundo. El pasado 29 de setiembre, el excanciller fue nombrado presidente del consejo de administración tras ser elegido por sus principales accionistas, una decisión polémica que levantó mucha polvareda en Alemania. Rosneft está comandada por Igor Sechin, viceprimer ministro y miembro del círculo personal de Putin. Tanto la canciller Merkel como miembros del partido socialdemócrata criticaron esa inquietante puerta giratoria marcada por un posible conflicto de interés.

La revelación de los ‘Paradise Papers’ supone otro episodio en la dilatada y controvertida trayectoria del excanciller alemán de la mano de Rusia. Durante su estancia en la cancillería, entre 1998 y 2005, Schröder mantuvo una buena relación con las autoridades rusas y el presidente Putin. Curiosamente, también fue férreo defensor de un proyecto de construcción de un oleoducto entre la ciudad rusa de Vyborg y la alemana Griefswald que recaía en las manos del consorcio Nord Stream. El plan, en el que también trabajó Putin, fue aprobado poco antes de que Schröder abandonase la cancillería. Tras dejar el poder, el excanciller fue fichado como presidente del comité de accionistas de Nord Stream, compañía poseía en un 51% de sus acciones por el gigante del gas ruso Gazprom, controlada por el Kremlin.

Lejos de Berlín, Schröder siguió manteniendo un estrecho vínculo con Putin, a quien ha defendido públicamente en reiteradas ocasiones y con quien se ha visto abrazar en su fiesta de 70 aniversario. Tras la anexión rusa de Crimea, Rosneft y Gazprom fueron afectadas por las sanciones económicas impuestas como castigo al expansionismo ruso por los Estados Unidos y la Unión Europea. Schröder se opuso a esas sanciones. Aunque Rusia ya ha sido vinculada a importantes ciberataques contra Alemania y vista con recelo por su posición en la escena internacional, para el excanciller son solo negocios. A pesar de ser preguntado por el ‘Süddeutsche Zeitung’, ha declinado hablar del tema. Con Schröder, todos los caminos parecen llevar al oro negro de Moscú.