Indignación entre los gobiernos árabes por la decisión de Trump
El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel origina multitud de manifestaciones.
efe | el cairo
Los ciudadanos y gobiernos de los países árabes mostraron ayer su indignación por la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel y trasladar su embajada a esa ciudad.
En la capital de Jordania, decenas de personas se concentraron enfrente de la embajada de EE UU en Amán para protestar contra este paso, a pesar de las fuertes medidas de seguridad en la zona y después de que la legación diplomática anunciase el miércoles que suspendía sus servicios rutinarios por las concentraciones.
Los participantes corearon consignas y levantaron pancartas en las que denunciaban esta medida y afirmaban que la Ciudad Santa era la «capital eterna de Palestina». Una de esas pancartas decía: «Estados Unidos está apoyando el terrorismo».
En Egipto, que junto con Jordania son los dos países árabes que han firmado tratados de paz con Israel, varios cientos de personas se concentraron en el Colegio de Periodistas, en El Cairo, ante grandes medidas de seguridad.
«No tengo ningún respeto por los regímenes árabes, por los Gobiernos árabes que han dado prioridad a crear una fuerte relación con el señor Trump por encima de cualquier cosa», aseguró el secretario general del partido opositor egipcio Al Dustur, Jaled Daud, presente en las protestas.
Tras la decisión de Trump, EE UU se convierte en el único país del mundo que reconoce como capital de Israel a Jerusalén, donde ninguna nación tiene su embajada debido a que, tras la anexión israelí de la parte oriental de la urbe en 1980, la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus legaciones de la Ciudad Santa.
La Coalición Nacional Siria (CNFROS), la principal alianza política opositora, alertó en un comunicado de que el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén puede desestabilizar Oriente Medio y hundir a la región «en el caos y la violencia».
Subrayó, además, la necesidad de que la Asamblea General de la ONU adopte una resolución que condene el traslado de legaciones diplomáticas a Jerusalén y exija medidas que revoquen los pasos adoptados por Israel sobre el estatus de la ciudad.
El rey jordano, Abdalá II, se reunió ayer con el presidente palestino, Mahmud Abás, para prometerle que preservará el estatus histórico y legal de Jerusalén. El monarca de Jordania también llamó a la comunidad internacional a que rechace la decisión estadounidense.