Cerrar

Una ambulancia bomba de los talibanes llena de muertos Kabul

La zona con comercios y mercados en día laboral queda convertida en una carnicería.

La ambulancia bomba dejó el centro de Kabul convertido en un cementerio. HEDAYATULLAH AMID

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

BABER KHAN SAHEL | KABUL

Un ataque suicida con una ambulancia llena de explosivos volvió a convertir ayer Kabul en un cementerio y provocó casi un centenar de muertos, en un nuevo golpe talibán contra la frágil seguridad de una ciudad que está acostumbrándose a ser objetivo prioritario de los insurgentes.

Al menos 95 muertos y más de 200 heridos es el macabro saldo del atentado perpetrado por los talibanes con una ambulancia cargada de explosivos en una concurrida zona del centro de Kabul que tenía como objetivo al antiguo Ministerio del Interior afgano, donde aún operan algunas dependencias oficiales.

Las primeras investigaciones apuntan a que el suicida se subió a la ambulancia en el aparcamiento del hospital Jamhuriat, situado en la zona, y desde allí se dirigió hacia las instalaciones ministeriales, hacia la Plaza Sadarat, donde fue detenido. El vehículo explotó alrededor de las 12.50 hora local (08.20 GMT) causando una carnicería en una zona con comercios y mercados y con un gran movimiento de gente los sábados, día laborable en Afganistán.

Cuatro personas fueron detenidas ya en conexión con el atentado, por su presunta colaboración con el terrorista.

Los talibanes reivindicaron la acción en la red social Telegram y aseguraron que su «mártir» alcanzó el puesto de control frente al antiguo Ministerio del Interior en un momento en el que el área estaba llena de policías.

Las imágenes de la matanza mostraron cadáveres descuartizados, de hombres y mujeres, con sus ropas de diario.

«Es demencial, inhumano, cruel y un crimen de guerra», afirmó en la red social Twitter el jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, quien condenó el ataque contra civiles.

Abdulá prometió llevar a los responsables ante la justicia y adoptar «todas las medidas necesarias» para evitar acciones similares en el futuro —algo que los kabulíes se están habituando a escuchar tras cada ataque— y volvió a instar a la comunidad internacional a tomar acciones contra el «terrorismo respaldado por el Estado», en alusión a Pakistán, al que el Gobierno afgano acusa de amparar en su territorio a grupos talibanes, otra reclamación habitual tras cada atentado.

El ataque ha vuelto a dejar conmocionado Kabul, una ciudad que hace apenas ocho meses veía cómo un camión lleno de explosivos mataba a 150 civiles, un hecho que ningún grupo insurgente se atrevió a reivindicar, pero que el Gobierno atribuyó a los talibanes. Entonces, el Ejecutivo anunció que tomaría medidas para hacer más seguro Kabul, limitó el tráfico en algunas zonas y colocó más barreras, pero eso no ha detenido los ataques. Por el contrario, los civiles se han ido volviendo objetivo habitual.

El pasado fin de semana más de una veintena de personas murió en el Hotel Intercontinental de la capital durante un asalto perpetrado por seis talibanes que mantuvieron un enfrentamiento con las tropas de seguridad durante doce horas hasta que fueron abatidos. También el yihadista Estado Islámico (EI) ha colocado desde hace tiempo a los civiles en su punto de mira. El miércoles un ataque de este grupo contra la sede de Save the Children en Jalalabad (este del país) causó la muerte de cuatro empleados de la organización no gubernamental, un transeúnte y un miembro de las fuerzas de seguridad, así como de los cinco terroristas.

España, la UE y EEUU han condenado el ataque y han transmitido su pésame al país.

Cargando contenidos...