REFUGIADOS EN ÁFRICA CENTRAL
La ONU pide 126 millones de euros para socorrer a las víctimas de Boko Haram
La ACNUR, la agencia para los refugiados, alerta sobre la caótica situación que viven las centenar de personas que se han visto obligadas a huir de sus casas debido a la violencia de los yihadistas
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha hecho este miércoles un llamamiento para recaudar 126 millones de euros como ayuda a los más de 250.000 personas que son víctimas de las acciones armadas de los yihadistas de Boko Haram en la cuenca del lago Chad, en África central. A la iniciativa se han sumado hasta 46 agencias de la ONU diferentes y organizaciones humanitarias. Con este dinero se pretende cubrir en parte las necesidades de cerca de 208.000 refugiados nigerianos y de 75.000 personas de Camerún, Chad y Níger.
"La crisis de Boko Haram persiste y está lejos de haber terminado", ha dicho la alta comisionada adjunta de ACNUR, Kelly T. Clements, en una rueda de prensa en la capital de Níger, Niamey. "El mundo no debería olvidar a las víctimas de este mortífero conflicto, especialmente porque parece poco probable que en el futuro cercano se vaya a producir un restablecimiento de la paz y la estabilidad", ha añadido Clements.
Crisis alimentaria
Los nigerianos refugiados por la violencia de Boko Haram han llegado a comunidades pobres y muy aisladas en los países vecinos, lo que ha contribuido a aumentar la inseguridad alimentaria y la desnutrición. El conflicto ha generado el desplazamiento interno de 2,4 millones de personas en Nigeria, Camerún, Níger y Chad. En septiembre del 2017 había más de 72 millones de personas en la región que padecían por falta de alimentos. "El futuro de las jóvenes generaciones en la región está en juego, ya que la inseguridad alimentaria no solo afecta la dignidad de las familias, sino que tiene graves consecuencias para el desarrollo físico y cognitivo de los niños", ha manifestado la alta comisionada de ACNUR.
Mejorar los servicios
Por otro lado, el conflicto ha tenido también un impacto demoledor en el acceso a la educación y en los índices de escolarización debido al cierre de cientos de escuelas en la región. Así, la ayuda a las comunidades de acogida que busca conseguir ACNUR está destinada a mejorar los servicios educativos, pero también de alojamiento, asistencia sanitaria, agua potable y saneamiento, ya que, según la ONU, la capacidad de estas comunidades para ayudar a los desplazados "ha llegado a su límite".