Un Macron firme abre la puerta a la singularidad corsa
efe | parís
El presidente francés, Emmanuel Macron, abrió hoy la puerta a que la Constitución del país recoja la singularidad de Córcega, una de las principales reivindicaciones de los nacionalistas de la isla, pero rechazó las otras, como la cooficialidad de la lengua o el estatus de residente. En su segundo día de visita a Córcega, la primera como jefe de Estado, Macron pronunció un discurso en Bastia, segunda ciudad de la isla, rodeado de cinco banderas francesas y europeas y sin ningún símbolo corso.
Un escenario cargado de simbolismo desde el que, en la línea de lo asegurado la víspera, descartó la salida de Córcega de Francia y propuso abandonar ese debate para centrarse en los problemas de los ciudadanos, a quienes prometió desarrollo económico para hacer de la isla la «punta de lanza» de la política francesa en el Mediterráneo.
Un día después de haber descartado cualquier medida de gracia con los presos corsos, otra de las peticiones de los independentistas, Macron mantuvo su firmeza frente a sus reivindicaciones. La única concesión que hizo fue mostrarse favorable a que Córcega figure en la Constitución, dentro de la reforma que su Gobierno está preparando.
Así, indicó, se garantiza su «afianzamiento» dentro del país, pero también se «reconoce su identidad», aunque evitó explicar qué implicaría ese reconocimiento. Contrario a que se modifique el estatuto de Córcega, que entró en vigor en enero pasado y que ofrece mayor poder a las instituciones locales, Macron anunció que en el próximo mes se negociará con las autoridades de la isla como se hará esa mención en la Carta Magna.