TIROTEO EN EEUU
El FBI recibió una alerta sobre las intenciones del autor de la masacre de Florida
El responsable de los disparos de Parkland planificó el ataque meticulosamente y fue dejando en las redes sociales su obsesión con las armas
El autor del tiroteo del instituto de Florida, donde murieron 17 alumnos, profesores y trabajadores del centro, había planeado con meticulosidad la masacre. Tanto es así que al entrar en el centro del que había sido expulsado por problemas disciplinarios activó la alarma de los pasillos para que sus excompañeros salieran de las clases y poder cazarlos así más fácilmente. No solo eso. Aparentemente, también había dejado pistas en internet sobre sus intenciones. El FBI ha reconocido que, hace casi cinco meses, recibió una llamada de un internauta advirtiéndoles de un mensaje inquietante en Youtube. “Voy a ser el autor profesional de un tiroteo escolar”, decía aquel mensaje firmado por un tal Nikolas Cruz, el mismo nombre que tiene el chaval de 19 años que fue arrestado por la masacre de Parkland.
El FBI se puso en contacto con el internauta que les había avisado y sus agentes llegaron a entrevistarlo personalmente en su oficina, según informa la CNN. Pero el mensaje no incluía metadatos ni pistas sobre el lugar o el día en que fue escrito y el FBI acabó archivando la alerta, sin compartirla con las autoridades locales, tras ser incapaz de identificar al autor del mensaje, según ha reconocido uno de sus agentes. De haberlo conseguido, quizás las cosas hubieran sido diferentes porque las amenazas de Cruz a sus ex compañeros eran conocidas, así como su pasión obsesiva por las armas. Varios estudiantes habían bromeado diciendo que si alguna vez hubiera un tiroteo, Cruz iba a ser el responsable.
Venta de cuchillos
En la escuela habían notado su deriva. Vendía cuchillos que llevaba guardados en la bolsa de la comida, y sus cuentas de las redes sociales las atiborró con fotografías de armas y animales muertos, como una rana bañada en sangre. En una foto aparece apuntando con un rifle a la calle; en otras, posa con tres cuchillos o sostiene una pistola. “Poco a poco se fue volviendo más raro”, ha contado una de sus excompañeras. “Finalmente fue a por una de mis amigas y se puso a amenazarla”. Al final, Cruz fue expulsado del instituto, pero no iba ser la última vez que se dejara caer por el centro. El miércoles entró con un rifle de asalto AR-15, como el que llevaba el hombre que en octubre mató a 58 personas en Las Vegas, en la peor masacre de la historia moderna del país. Llevaba también granadas de humo, una máscara antigás y abundante munición. El rifle lo había comprado legalmente.
Con la ayuda de sus profesores, muchos estudiantes lograron ponerse a salvo, algunos encerrándose en los armarios, pero Cruz tuvo tiempo de matar a varios alumnos, al entrenador de fútbol americano o al director de los programas de atletismo. “He visto muchos muertos. Ver a niños apilados, niños inocentes, te pasa factura. No puedo imaginar el dolor de las familias”, le ha dicho a la prensa uno de los agentes del FBI que intervino en el suceso. El tiroteo de Parkland es la segunda peor matanza en los centros escolares de Estados Unidos, después de la acaecida en la escuela de primaria de Sandy Hook en 2012. Pero no es ni mucho menos un hecho extraordinario.
Oraciones y condolencias de Trump
En lo que va de año ha habido 18 incidentes de armas en los centros escolares del país. Algunos fueron tiroteos como este de Florida o aquel de Kentucky en el que un quinceañero mató a dos de sus compañeros de instituto. Otros han sido suicidios y el resto armas que se disparan accidentalmente.
Como respuesta a la tragedia, el presidente Donald Trump ha comparecido en la Casa Blanca para ofrecer sus oraciones y condolencias a las víctimas y pedir a los jóvenes que respondan “al odio con amor y a la crueldad con amabilidad”. En ningún momento, sin embargo, ha hablado de las armas o de las leyes que tan laxamente las regulan. Lo único que ha dicho a modo de solución es que hay que abordar el “complejo problema de la salud mental” y reforzar la seguridad en las escuelas. Suena a retórica vacua porque fue el propio Trump el que hace un año revocó una ley de su predecesor que restringía el acceso a las armas de los enfermos mentales.