REFORMA CLAVE EN PEKÍN
China elimina los límites de los mandatos presidenciales
Xi Jinping se afianzará en el poder más allá del 2023 tras la próxima derogación de la cláusula limitadora de dos mandatos quinquenales consecutivos
Xi Jinping se ha liberado de los corsés presidenciales que en las últimas tres décadas habían evitado tropelías maoístas como la Revolución Cultural o el Gran Salto Adelante. Una sucinta nota dominical de la agencia oficial Xinhua acreditaba que los dos mandatos quinquenales consecutivos han quedado arrasados por el tsunami Xi y despejaba su camino para una eternización con receta rusa. Queda pendiente que los historiadores expliquen cómo un ignoto político ha concentrado en apenas un lustro ese poder omnímodo en el seno de una organización que cocinaba a fuego lento las carreras y expulsaba a los apresurados.
La derogación de la cláusula limitadora ha sido propuesta por los 205 miembros del Comité Central, se debatirá en el pleno del partido que empieza mañana y será aprobada en la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (el Parlamento chino) de la primera quincena de marzo. La sumisión de todos los poderes al Ejecutivo impide las sorpresas en la política china. El 'Global Times', un medio bajo el paraguas del 'Diario del Pueblo', se apresuró a aclarar que la reforma no implica que Xi detente el cargo de forma vitalicia, pero existen pocas dudas de que lo alargará mientras quiera. La decisión, sostiene el editorial, se justifica en la necesidad de un “liderazgo potente, estable y consistente”.
Acaparamiento de títulos
El presidente ha acaparado títulos desde su nombramiento. Recibió la jefatura de la Comisión Central Militar de inmediato cuando su predecesor, Hu Jintao, hubo de esperar tres años. Preside el país, el partido y el Ejército, ha añadido el título simbólico de “hexin” o núcleo que define a los líderes incuestionables y del último Congreso salió con su doctrina (el pomposo y vaporoso “Pensamiento de Xi Jinping sobre una nueva era de socialismo con características chinas”) grapada a la Constitución. Esa enmienda en la Carta Magna le empujó al Olimpo junto a Mao Zedong y Deng Xiaoping, artífices de la China contemporánea.
La decisión termina con la rumorología sobre sus intenciones de prolongar su poder más allá del 2023. La reciente composición del Comité Permanente, con miembros sexagenarios de próxima jubilación, subrayó la falta de sucesor. La gestión colegiada del partido que impuso el clarividente Deng y su fórmula del “primus inter pares” es ya historia. Xi podrá retener su influencia mientras viva, ya sea desde el sofá de su casa o desde el Gran Palacio del Pueblo.