Corea del Norte se atribuye la distensión por su "compromiso por la paz"

Hay más bofetadas por atribuirse el mérito de la distensión en la península coreana que cuando abundaban las amenazas de destrucción inminente. La KCNA, agencia oficial desde la que Pionyang suele prometer un mar de llamas para Seúl y Washington, ha afirmado este miércoles que la distensión se debe al compromiso pacífico de Corea del Norte. No es menos obsceno que Donald Trump explicando las futuras negociaciones como un éxito de su política de máxima presión. Moon Jae-in, presidente surcoreano y único artífice, persiste en su elegante silencio.

“El gran cambio en las relaciones entre Sur y Norte no es accidental sino el noble resultado conseguido gracias a las medidas proactivas, el cálido patriotismo y el deseo por defender la paz de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial)”, ha señalado la KCNA. Los medios oficiales siguen sin mencionar las dos cumbres que Pionyang mantendrá con Seúl y Washington en los próximos meses. No es improbable, pues, que los norcoreanos sean los únicos habitantes del planeta que las desconocen. El editorial apenas habla de “un signo de cambio” con Estados Unidos y de una “espectacular atmósfera de reconciliación” con Corea del Sur. “La ofensiva por el diálogo de paz es –continúa– la expresión de autoconfianza después de haber conseguido todo lo que se deseaba”.

 

Teorías enfrentadas

Existen dos teorías enfrentadas que explican por qué Pionyang viró súbitamente su tradicional política beligerante hacia el diálogo a principios de año. La primera se refiere a su fracaso: las sanciones internacionales, ya con la participación china, habrían empujado su economía al borde del precipicio. La segunda alude a su éxito: los últimos misiles intercontinentales lanzados con presunta capacidad para golpear suelo estadounidense suponen la meta de su carrera militar y les confiere el derecho a sentarse de igual a igual con Washington. Trump defiende la primera y Pionyang la segunda.

“Esa basura sobre el resultado de las sanciones y la presión difundida por fuerzas hostiles es tan inútil como un perro ladrando a la luna”, aclara el editorial de la KCNA recuperando su ya icónica metáfora. “Es una expresión de chusma con mentalidad pequeña la pretensión de arruinar la atmósfera incluso antes de que las partes hayan empezado a estudiar los pensamientos de las otras y se hayan sentado en la mesa de negociaciones”, añade.

Moon continúa su pertinaz y discreta labor mientras Trump y Kim Jong-un siguen enredados en asuntos de ego. Este miércoles ha sugerido que después de las dos cumbres anunciadas podría celebrarse una tercera que incluyera a las tres partes.

 

Encuentro en Finlandia

La diplomacia continúa engrasando la primera cumbre presidencial entre Corea del Norte y Estados Unidos. Hoy han terminado las charlas informales de 18 delegados enviados por Pionyang, Washington y Seúl hasta Finlandia. “Los participantes han tenido un intercambio constructivo de opiniones en una atmósfera positiva”, ha desvelado Helsinki.

Seúl y Washington han anunciado también que en abril empezarán las maniobras militares conjuntas que pospusieron durante los recientes Juegos Olímpicos de Invierno. Esas maniobras con 300.000 militares y lo mejor del escaparate armamentístico solían arruinar sin remedio el clima en la península. La casuística fijaba que Corea del Norte las entendiera como ensayos de invasión y respondiera con misiles y ensayos nucleares. Son tiempos nuevos: Pionyang aclaró semanas atrás a Seúl que las soportaría esta vez con resignación y los aliados han acordado recortarlas.