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Estados Unidos ya es un clamor para exigir un futuro sin tiroteos

La movilización social —más de un millón de personas— sorprende al Gobierno Trump.

Decenas de miles de personas hicieron oír su voz contra las armas y los tiroteos. REYNOLDS

Publicado por
León

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Mercedes gallego | washington

Los cadáveres están fríos, los ánimos no. En las cinco semanas transcurridas desde que Nikolas Cruz abrió fuego contra sus compañeros del Instituto Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida) el duelo se ha transformado en indignación. El clamor de cientos de miles de jóvenes que han hecho de la lucha por el control de armas la causa que da sentido a sus vidas ha sacudido la conciencia del país. Más de un millón de personas siguieron el fin de semana los pasos de Martin Luther King en el Mall de Washington y de la Marcha de las Mujeres para lanzar un aviso al Congreso. «Os vemos», dice el lema de la Marcha por nuestras vidas. «Vemos que tenéis las manos ensangrentadas con dinero de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que paga vuestras campañas. Ahora vosotros nos vais a ver a nosotros».

Las 17 vidas que se perdieron en Parkland por San Valentín no volverán. Al menos 73 adolescentes han muerto desde entonces, según el archivo de Gun Violence. Más de 26.000 desde la matanza del Instituto Columbine en 1999. Casi 200.000 se han visto expuestos a un tiroteo en las aulas. Pocos lo tienen tan fresco como Tyra Hemans, de 17 años, que el mes pasado aún se refugiaba de los disparos bajo un puente cuando una compañera le dijo que había visto muerta en el suelo a su amiga del alma, Meadow Pollack. Le faltaban tres meses para terminar el instituto, ya había sido aceptada en la universidad.

«Meadow y yo éramos una, íbamos siempre juntas, respirábamos a la vez, cumplíamos años el mismo día, el 7 de octubre». En cuestión de segundos su otro yo dejó de existir para siempre «y nadie se acordaría ya de ella si no estuvieramos haciendo esto». Nunca antes la feroz urgencia del ahora que clamaba Martin Luther King ha sido más imperiosa para Tyra. «Sé cómo se precipitó todo. En menos de diez minutos nuestras vidas habían cambiado para siempre. Nuestros amigos no volverán. Cada segundo cuenta». Son 96 víctimas de armas de fuego al día, casi 35.000 al año.

LTyra no ha dormido esta noche, como tantas otras desde que la poseyó esta determinación colectiva del ya basta. El viernes, después de clase, se subió a un autobús en Parkland (Florida) y se bajó en un hotel de Washington quince horas después, a las dos de la madrugada. No se acostó, sino que se puso a terminar las pancartas para las que ha estado recaudando fondos

La movilización ya ha tenido algunos frutos. La noche antes el Departamento de Justicia anunció su intención de ilegalizar los adaptadores de rifles conocidos como ‘bump stocks’. Y el legislador texano Henry Cuellar ha prometido retomar una propuesta bipartidista para universalizar el control de antecedente psicológicos y penales. No es suficiente para ellos. Los jóvenes de Parkland quieren que, como en Florida, se aumente la edad legal para adquirir un arma a los 21 años, la misma a la que se les permite beber alcohol. Y lo más importante, que desaparezcan de la circulación los rifles automáticos de asalto militar diseñados para matar a 45 personas por minuto, con balas capaces de viajar a mil metros por segundo. «Quiero vivir mi futuro. No estar siempre asustada de que alguien saque un arma. Este es nuestro momento, es nuestra generación la que decidirá en qué sociedad queremos vivir. Lo reclamaremos y votaremos por ello», subrayó.

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