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PENA DE MUERTE

Primera ejecución en EEUU usando fentanilo en la inyección letal

El fármaco sintético que se ha usado en la inyección letal está en el centro de la crisis de opiáceos que devasta EEUU. El gobernador católico de Nebraska, donde se ha ejecutado a Carey Dean Moore, se distancia de la nueva postura del Papa

Una camilla utilizada para aplicar la inyección letal.

Publicado por
Idoya Noain / Nueva York
León

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Estados Unidos tiene una guerra abierta contra el fentanilo, el potente opioide sintético que está en el epicentro de la epidemia de adicción que está devastando el país y que amenaza con extenderse globalmente, incluyendo en España, por el impulso de las farmacéuticas. Este martes, no obstante, por primera vez en la historia el compuesto se ha usado en una ejecución con autorización de las autoridades. 

El fentanilo ha sido uno de los cuatro componentes de la inyección letal que ha acabado en una prisión de Nebraska con la vida de Carey Dean Moore, un hombre de 60 años que llevaba 38 en el corredor de la muerte por el asesinato de dos taxistas. Siete fechas anteriores fijadas para su ejecución se habían pospuesto por problemas legales.

Esta vez también hubo retos en los tribunales intentando frenar la ejecución. Dos de ellos fueron demandas interpuestas por farmacéuticas, que acusaban al estado de haber obtenido los fármacos del cocktail letal por métodos "impropios o ilegales". Pero las cortes rechazaron posponer la ejecución. El propio reo, que intentó incluso prescindir de su abogado de oficio, no quería que se retrasara más. Su letrado, no obstante, era de la opinión que podría haberla intentado frenar por lo experimental del protocolo.

Cobayas humanas

Aunque Nevada también aprobó usar fentanilo en la inyección letal, un tribunal frenó la primera ejecución prevista con el opioide y Nebraska ha sido el primer estado en usarlo. Y el caso de Moore vuelve a señalar a los problemas que enfrentan los estados para buscar nuevas fórmulas para aplicar la pena de muerte.

Sacudidos por el creciente rechazo social a las ejecuciones, que ha contribuido a que en 19 estados estén ya prohibidas, muchos laboratorios han restringido a las autoridades el acceso a fármacos usados en la inyección letal, un método que el Tribunal Supremo revalidó como "constitucional" en 2008. Los estados ven como se les agotan las existencias de químicos que tenían almacenadas y han intentado encontrar alternativas, en unos casos volviendo a usar los pelotones de fusilamiento, en otros empleando cámaras de nitrógeno y en otros experimentando con medicamentos que han llevado a menudo a ejecuciones agónicas. Y son numerosas las protestas contra esa experimentación realizada sin garantías y con los reos como cobayas.

Un gobernador católico contra el Papa

La de Moore este martes ha sido la primera ejecución en Nebraska desde 1997, cuando se usaba la silla eléctrica, un método que el Tribunal Supremo estatal prohibió en 2008 al considerarlo un castigo cruel e inhumano y que fue sustituido legalmente en 2009 por la inyección letal. La legislatura estatal anuló en 2015 la aplicación de la pena capital, pero al año siguiente, los ciudadanos del estado aprobaron reinstaurarla en un referendum que ganaron con el 61% de los votos.

 

El gobernador del estado, el republicano y católico Pete Ricketts, fue quien financió buena parte de la campaña a favor de la reinstauración, en la que invirtió cientos de miles de dólares de su propio bolsillo. Hace unos días, cuando el Papa Francisco modificó el catecismo para afirmar que la pena de muerte es “inadmisible” en todo caso y circunstancia, Picketts contestó con un comunicado. “Aunque respeto la perspectiva del Papa la pena capital sigue siendo la voluntad del pueblo y la ley del estado de Nebraska”, escribió, definiendo las ejecuciones como “una herramienta importante para proteger la seguridad pública y a los agentes de prisiones” y recordando que son “sentencias ordenadas por los tribunales”