Diario de León

Tormenta perfecta en Venezuela

El país afronta hoy una reconversión monetaria en medio del caos La oposición convoca mañana un paro nacional Angustia por el cambio de moneda y el fin del subsidio de la gasolina .

Afiches gigantes con la imagen de Chávez y Maduro y el logo de la criptomoneda Petro. M. GUTIÉRREZ

Afiches gigantes con la imagen de Chávez y Maduro y el logo de la criptomoneda Petro. M. GUTIÉRREZ

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MILAGROS L. DE GUEREÑO | CUBA

La crisis económica, social y política lleva años haciendo estragos en Venezuela y ahora la conjunción de las medidas económicas anunciadas en los últimos días por el presidente, Nicolás Maduro, conforma una ‘tormenta perfecta’ que se cierne sobre los venezolanos. Quitar cinco ceros a la moneda y cambiarla de nombre (de bolívar fuerte a bolívar soberano), declarar el lunes festivo, suspender la actividad en la banca, las transacciones electrónicas y los cajeros durante 48 horas, multiplicar el salario mínimo por 34 y poner fin a los subsidios de la gasolina para quienes no se inscribieron en el ‘carné de la patria’... Un panorama confuso y temible amenaza a unos ciudadanos que llevan días aguardando en largas colas para hacer compras de pánico de alimentos y gasolina y retirar todo el dinero posible.

El país afronta hoy una reconversión monetaria en medio del caos y la oposición ha convocado para mañana un paro nacional. El cambio de moneda, el final del subsidio de la gasolina y la suspensión de los bancos anunciados por el presidente, sumen al país en la angustia.

COMERCIOS COLAPSADOS

Ni consumidores ni comerciantes acaban de entender cómo se va a aplicar la reconversión monetaria. En Caracas, la inquietud colapsa los establecimientos que venden artículos de primera necesidad. «Estamos a la expectativa porque esto nos tiene muy confundidos», explicó Sheyla Angulo, comerciante del centro Parque Caracas, al diario ‘El Universal’. El ciudadano común no sabe muy bien qué esperar de todo este proceso. El lunes entrará en circulación una nueva moneda, el ‘bolívar soberano’, y la mayoría asegura no estar preparada para el cambio. Abundan las colas para retirar en pequeñas cantidades el efectivo del banco y, aunque el Gobierno fomenta el uso de tarjetas de crédito para disponer de mayor liquidez, estas transacciones se complican por el deficiente sistema que alude a la saturación para excusar la imposibilidad de hacer una compra.

La noche del viernes, Maduro anunció que multiplicará por 34 el salario mínimo y que el sueldo estará «anclado» al valor del petro, la criptomoneda creada por el Gobierno para tratar de obtener liquidez. Cada petro, dice el presidente, equivale a 60 dólares (52,4 euros), un cifra basada en el precio del barril de petróleo venezolano. La dolarización de la economía, sostienen los expertos. Es un ajuste del 3.464% y el quinto de este año. El sueldo mínimo no alcanza para adquirir un kilo de carne, diluido por la devaluación y la hiperinflación que el FMI estima de 1.000.000% para fin de año.

El mandatario prometió estricta «disciplina fiscal» y, a la vez, que el Estado asumirá por 90 días el «diferencial» del aumento del salario mínimo para todas «las pequeñas y medianas industrias del país». Los empresarios no saben cómo afrontarán el alza salarial y los expertos desconocen cómo podrá cumplir Maduro este compromiso.

PRECIOS 10 VECES MÁS CAROS

«Es un conjunto de medidas desordenadas que nos meten en una dimensión mucho más oscura de la crisis», apuntó el director de la consultora Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros. «Los próximos días serán de mucha confusión tanto para los consumidores como para el sector privado, especialmente el comercial. Es un escenario caótico», vaticinó.

Para el presidente de Econométrica, Henkel García, el nivel de precios podría elevarse en el futuro inmediato de 6 a 10 veces sobre el actual: «Hay dos variables que tendrán un aumento descomunal la próxima semana: precios y base monetaria», sostiene.

Los sectores opositores vislumbran un panorama dantesco: las empresas privadas no pueden asumir las subidas salariales ni los impuestos y se declaran en quiebra. El Gobierno tampoco es capaz de pagar las nóminas, mientras nacionaliza las empresas e impone el comunismo.

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