Trump vuelve a tomar partido por Israel en el conflicto palestino
El presidente de EE UU cancela las ayudas a la agencia de Naciones Unidas para Palestina.
Mikel Ayestarán | Jerusalén
Donald Trump aún no ha presentado su anunciado plan de paz para Oriente Próximo, pero las decisiones que ha adoptado su Gobierno hasta ahora se alinean con los intereses defendidos por Israel y se alejan de los deseos de unos palestinos que han optado por boicotear al mandatario estadounidense. Primero fue su voluntad de reconocer a Jerusalén como capital del Estado judío, después el traslado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a la ciudad santa y, por último, la cancelación el viernes de las ayudas a la UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina.
El organismo internacional mostró ayer su «profundo lamento y decepción». Desde la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el jefe negociador, Saeb Erekat, emitió un comunicado en el que señaló que rechazaban y condenaban la decisión, y en Gaza, Hamás hizo un llamamiento para «organizar una manifestación internacional para enfrentarse a la tiranía estadounidense».
Eterna negociación
El futuro de Jerusalén y el derecho al retorno de los refugiados palestinos expulsados de su tierras tras la creación de Israel son los dos puntos más complicados de acordar en la eterna negociación entre israelíes y palestinos, y Trump parece decidido a resolverlos aplicando la agenda israelí y sin atender a las resoluciones de la ONU y al consenso que ha habido hasta ahora en el seno de la comunidad internacional. En lugar de esperar a que estos dos temas se resuelvan en un futuro proceso negociador, el presidente norteamericano acelera para consolidar los planes de su gran aliado en la región, para quien la división de la ciudad santa y la vuelta de los palestinos son líneas rojas. Estatus de refugiado
La UNRWA, organismo del que EE UU ha sido el principal donante hasta ahora, se creó hace 69 años para atender a las necesidades de los 700.000 palestinos expulsados de sus tierras que se asentaron en campos de refugiados levantados en Gaza, Jerusalén Este, Cisjordania, Líbano, Siria y Jordania. Hoy esta comunidad ha crecido hasta llegar a los 5,4 millones. La resolución 194 del organismo internacional ampara su derecho al retorno, pero los israelíes no la aceptan y, como insiste su primer ministro, Benyamin Netanyahu En la línea defendida por Israel, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, adelantó a lo largo de la semana que «hay un número infinito de refugiados que continúa recibiendo ayuda, pero lo más importante es que los palestinos siguen escupiendo a EE UU», palabras que se tradujeron en la cancelación total de la ayuda a la UNRWA.