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Pionyang, en un nuevo gesto, ofrece cerrar más instalaciones atómicas

A cambio espera que EE UU tome las «medidas correspondientes» con lo acordado en Singapur.

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un. PYONGYANG PRESS CORPS

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León

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a. sánchez braun | seúl

El líder norcoreano, Kim Jong-un, se ofreció ayer al término de su cumbre con el presidente sureño, Moon Jae-in, a desmantelar más instalaciones de su programa armamentístico, un nuevo gesto simbólico hacia Washington para subrayar su compromiso con la desnuclearización.

En la declaración firmada por Kim y Moon, el primero promete cerrar permanentemente Yongbyon, donde el régimen produce el combustible para sus bombas atómicas, siempre que EE UU tome «medidas correspondientes» con lo acordado por ambos países recientemente en la cumbre de Singapur.

Pese a que Yongbyon (unos 80 kilómetros al norte de Pionyang) es el epicentro del programa nuclear norcoreano, el anuncio aún tiene un peso más simbólico que real en lo que respecta al proceso de desnuclearización preacordado en junio -y sin ningún tipo de especificaciones- en Singapur.

Primero porque no es la primera vez que Corea del Norte promete cerrar Yongbyon: en 2008 ya derribó ante observadores internacionales su torre de refrigeración para volver a levantarla poco después.

El régimen también pide a EE UU avances en la firma de un tratado de paz -que considera garante de supervivencia en caso de desmantelar su programa nuclear- a cambio de este cierre y además sigue sin revelar el alcance de sus arsenales y sin permitir la entrada de inspectores en áreas clave para el desarrollo de armas.

Pionyang sí anunció ayer que permitirá la entrada de inspectores para comprobar el desmantelamiento de buena parte de las instalaciones en la base de lanzamiento de Sohae (noroeste del país), una operación que se comprometió a realizar en Singapur y que ejecutó pocas semanas después.

Pero Sohae, usada para probar tecnología de misiles intercontinentales de combustible líquido, ha quedado a día de hoy como una pieza tangencial en el programa de armas del régimen.

Pionyang considera que ya completó el año pasado su programa de combustible líquido con el lanzamiento exitoso de sus misiles Hwasong 14 y 15 y está enfocado ahora en acelerar el desarrollo de proyectiles de combustible sólido (que se carga más rápido y permite lanzamientos más difíciles de detectar).

En todo caso, este nuevo guiño de Kim Jong-un a Washington ha sido bien recibido por el presidente de EE UU, Donald Trump. «A falta de negociaciones finales, Kim Jong-un ha acordado permitir inspecciones nucleares» escribió Trump en un entusiasta mensaje en Twitter, pese a que ni Kim ni Moon ni en la declaración conjunta se hizo referencia a abrir las puertas de instalaciones atómicas norcoreanas a expertos internacionales.

De cualquier modo, ahora le toca mover ficha a Washington con respecto a la ansiada firma de un tratado de paz que ponga fin al estado de guerra que técnicamente persiste en la península desde hace más de 65 años.