El futuro comunitario
Las reformas de la Eurozona pierden fuelle
El Eurogrupo tratan de cerrar un acuerdo sobre la red de seguridad de la unión bancaria y el refuerzo del fondo de rescate. La Comisión Europea y Francia presionan a favor de crear una capacidad presupuestaria para los países del euro
La gran reforma de la Eurozona nació con el objetivo de corregir los defectos estructurales destapados por la última gran crisis económica y blindar de una vez por todas al sistema financiero europeo y a la moneda única. Un año después, los ambiciosos planes que incluían un superministro y un presupuesto para la Eurozona, un fondo de garantía de depósitos o hasta un fondo monetario europeo- han perdido fuelle por el freno constante de los países del norte y los ministros de economía y finanzas de la zona euro intentan sacar adelante una reforma de mínimos que ayude a mejorar la respuesta ante futuras crisis y salvar la próxima Eurocumbre.
Los dos elementos en vías de acuerdo son el refuerzo de las competencias del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE en sus siglas en inglés), que tendrá un mayor peso en la supervisión económica de los países y gestión de los rescates bancarios, así como una red de seguridad de la unión bancaria. Se trata de una especie de cortafuegos de último recurso, que estaría dotado según la propuesta original con 60.000 millones, que se podrá utilizar en caso de emergencia para rescatar bancos en quiebra cuando se hayan agotado los fondos del Fondo Único de Resolución y que estará disponible a partir de 2024, incluso antes si llegan a un consenso para adelante la fecha. Aunque todavía quedan algunos flecos flecos por resolver, según ha explicado el ministro francés, Bruno Le Maire, los ministros están realmente muy cerca de resolver ambas cuestiones.
En cambio, todo apunta a que las decisiones sobre la creación de un presupuesto para la Eurozona y un Fondo Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS en inglés) se quedarán de nuevo en la recámara a la espera de una mayor voluntad política. Se ha acordado mucho pero hay grandes cuestiones abiertas, admiten fuentes diplomáticas sobre el estado de unas negociaciones que tendrán que ratificar los líderes europeos en la cumbre de la Eurozona prevista para el próximo 14 de diciembre. Es el momento de pasar de las discusiones a las decisiones y proporcionar una contribución significativa para la cumbre del euro, ha reclamado el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, a su llegada a la reunión.
PRESUPUESTO DE LA ZONA EURO
Los diecinueve países del euro llevan meses trabajando sobre los nuevos elementos que deben reforzar la integración de la Eurozona pero las dos ideas más novedosas no terminan de cuajar y generan todavía discrepancias especialmente entre los países de la llamada liga hanseática de la que forman parte Holanda, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Estonia, Letonia, Lituania, Irlanda, República checa y Eslovaquia: la creación de una capacidad presupuestaria para los países de la Eurozona y un sistema europeo de garantía de depósitos, el llamado tercer pilar de la unión bancaria.
París y Berlín presentaron una aportación conjunta durante la última reunión del Eurogrupo para avanzar hacia la creación de un presupuesto del euro con una posible función de estabilización pero su plan chocó de lleno con la negativa de Holanda y de otros países del norte que rechaza de plano esa posibilidad. Es la clave. Lo necesitamos para afrontar algunos desequilibrios, ha recordado este lunes el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici. Francia, principal promotor de la iniciativa, presiona por su parte para que haya avances. Es más, según su compatriota Le Maire, hay un "consenso creciente sobre la necesidad de dotarse de un presupuesto" que financie la convergencia aunque ha reconocido que la posible función estabilizadora genera reticencias.
SISTEMA EUROPEO DE GARANTÍA DE DEPÓSITOS
Más allá del presupuesto lo que sigue generando una verdadera desconfianza entre los países del norte es la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos. Se trata de un mecanismo que debe garantizar los ahorros de los europeos hasta los 100.000 euros independientemente de donde se encuentre su banco. En junio, los líderes europeos reclamaron una hoja de ruta para empezar a negociar para finales de este año. El plan, admiten fuentes diplomáticas, sigue bajo respiración asistida debido al temor de muchas delegaciones, empezando por Holanda, a pagar los créditos morosos de otros países de la Eurozona.
Hemos construido una serie de mecanismos que hacen al euro más fuerte pero todavía hay espacio por recorrer, ha reconocido la ministra española de economía, Nadia Calviño, desde Bruselas admitiendo que hay aspectos de la reforma que no resultan "atractivos" para los ciudadanos y que por eso es necesario hablar de temas que los ciudadanos puedan entender como un sistema de garantía de depósitos que sustituya gradualmente a los sistemas nacionales o un seguro de desempleo.