EXTRADICIÓN
Si regresa, lo torturan: el caso del futbolista que Tailandia quiere extraditar a Baréin
Tailandia inicia el proceso de extradición del futbolista Hakeem al-Araibi
Un tribunal de Tailandia inicia hoy el proceso para decidir si extradita a su país al futbolista barení, Hakeem al-Araibi, reconocido como refugiado por Australia, mientras se acumulan las demandas para que sea puesto en libertad.
La fiscalía presentará hoy ante el juez el caso contra Hakeem quien a su vez informará al magistrado sobre su negativa a regresar a Baréin, indicó a Efe su abogada, Natthasiri Bergman.
"Tiene miedo y está preocupado por si le extraditan", añadió Natthasiri sobre su cliente, quien denunció que fue detenido y torturado en 2012 durante las revueltas de la Primavera Árabe en Baréin.
Según la letrada, el proceso judicial podría alargarse entre cinco y seis meses durante los cuales el futbolista permanecerá detenido.
Hakeem, que juega en el equipo regional australiano de fútbol Pascole Vale, llegó el 27 de noviembre a Bangkok procedente de Melbourne junto a su esposa para pasar unos días de vacaciones cuando fue retenido en el aeropuerto a raíz de una notificación de Interpol, que fue retirada días después.
Las autoridades australianas otorgaron en 2017 el estatus de refugiado y un visado intemporal al futbolista, que fue miembro del equipo nacional de Baréin y que había llegado al país oceánico en 2014 huyendo después de que le condenasen en rebeldía a diez años de prisión por daños en una comisaría.
Según el retenido, las acusaciones de las autoridades bareinís son falsas ya que durante los mismos días del ataque él se encontraba fuera del país en un torneo de fútbol y son consecuencia de su participación en las revueltas de la Primavera Árabe en Baréin en 2012.
El gobierno australiano, Amnistía Internacional, Human Rights Watch o el Instituto para la Democracia y los Derechos Humanos en el Golfo han pedido la liberación inmediata del refugiado y futbolista.
La Red Asia Pacífico para los Derechos de los Refugiados (APRRN) y Parlamentarios del Sudeste de Asia para los Derechos Humanos (APHR) se unieron hoy a las demandas.
"Se trata de alguien que huyó de su país después de ser torturado y hay el riesgo de que se enfrente al mismo trato otra vez si es forzado a regresar" dijo el coordinador de APRRN, Evan Jones, en un comunicado conjunto.
"La gente que huye de la persecución en sus países merece protección y ayuda, no que se les trate como criminales y se les tenga detenidos y encerrados", añadió el presidente de la APHR, Charles Santiago, en la misma nota.
Tailandia no es signataria de la Convención de los Refugiados de la ONU de 1951 y ha sido criticada por enviar a refugiados y solicitantes de asilo a países donde se enfrentan a persecución e incluso a tortura.