EE UU hará exámenes médicos a los menores inmigrantes detenidos
La muerte de dos niños guatemaltecos fuerza a reconocer la falta de una atención adecuada.
caroline conejero | nueva york
La muerte del segundo menor en custodia el día de Navidad, apenas dos semanas después del fallecimiento de otra pequeña guatemalteca, forzó a las autoridades de protección de fronteras de EE UU a ordenar exámenes médicos a todos los niños inmigrantes detenidos.
Los responsables de la gestión de la frontera, que prometieron una investigación independiente y a fondo de las circunstancias de ambas muertes, reconocieron también la insuficiente dotación de recursos y de capacidad para proveer servicio médico y una atención adecuada a los cientos de familias que transitan cada día por las instalaciones de detención.
Felipe Gómez Alonso, de 8 años, que se encontraba detenido con su padre, Agustín Gómez, desde que fueron apresados en la frontera el día 18, murió apenas unas horas antes de que el cuerpo de Jakelin Caal, la primera niña de 7 años fallecida en custodia de inmigración, llegara a su pueblo guatemalteco de origen, San Antonio Secortez, para ser enterrada. La muerte del segundo menor inmigrante tuvo lugar en medio del cierre parcial del Gobierno federal a consecuencia del desafío del presidente Trump al Congreso, al que exige incrementar de modo significativo la financiación de su ansiado muro con México.
Mientras las autoridades tratan de esclarecer las causas del fallecimiento del pequeño Felipe, la patrulla fronteriza no han podido explicar aún por qué el menor fue dado de alta en su primera visita al hospital de Alamogordo, en Nuevo México. El niño, al que se administraron antibióticos y un antiinflamatorio, fue devuelto junto a su padre a la estación de detención. Después se sintió peor pero, según las autoridades, el padre rehusó un segundo traslado al hospital. Sólo cuando el menor vomitó, agentes de la patrulla decidieron llevarlo de nuevo al centro sanitario. Llegó inconsciente y murió poco después, tras fracasar los intentos del personal médico para reanimarlo. El Ministerio de Exteriores guatemalteco pidió una investigación mientras que el cónsul del país en Phoenix, Arizona, Oscar Padilla, tras hablar con el padre del niño, señaló que ambos habían viajado desde Nentón, una localidad a 450 kilómetros de Ciudad de Guatemala, y se dirigían a Johnson City en Tennessee.
Las autoridades no han explicado todavía el hecho de que Felipe y su padre llevaran más de una semana detenidos.