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PROBLEMAS EN EL REINO UNIDO

La incertidumbre sobre el 'brexit' golpea a fábricas y universidades británicas

El 81% de las manufactureras tiene problemas para encontrar trabajadores cualificados y la deuda universitaria se dispara. May inicia una campaña para avisar a los ciudadanos de las consecuencias de la salida de la UE sin acuerdo

El activista anti-brexit Steve Bray en una protesta en el centro de Londres el pasado miércoles.

Publicado por
ALFONS SALADRIGAS
León

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Las manufacturas británicas están sufriendo la mayor escasez de trabajadores cualificados desde 1989 por culpa del 'brexit', según ha denunciado la Cámara de Comercio británica. Concretamente el 81% de las fábricas y el 70% del sector terciario no encuentran operarios preparados. Esta carencia coincide con el nivel de paro en el país más bajo de los últimos 45 años (por debajo del 4%) y con el descenso de la llegada de ciudadanos europeos desde que el Reino Unido votó salir de la Unión Europea (UE) en junio de 2016.

El director general de la Cámara de Comercio, Adam Marshall, ha pedido al Gobierno que recapacite sobre las medidas para restringir la llegada de ciudadanos europeos que pretende implementar después del 'brexit'. Quiere reducir la inmigración comunitaria en un 80% y dar visados a aquellos que lleguen con un contrato previo que supere los 33.000 euros anuales. “El Gobierno se tiene que tomar en serio la preocupación de las empresas por sus planes futuros y debe dar acceso a las empresas a trabajadores cualificados en todos los niveles”, ha denunciado Marshall.

MENSAJES HOSTILES

La inmigración neta (la diferencia entre los ciudadanos que llegan y los que se marchan) europea se ha reducido hasta los 74.000. La debilidad de la libra y los mensajes hostiles del Gobierno contra la inmigración europea han provocado que muchos europeos decidan marcharse en un fenómeno bautizado como ‘brexodus’. En contraste, la inmigración neta de países de fuera de la UE ha alcanzado el nivel más alto de los últimos quince años, triplicando la inmigración neta europea. Hasta hace poco estaban a la par.

Otro de los sectores que se pueden ver más afectados es el universitario, que contempla su futuro con incertidumbre después de que el regulador británico advirtiera está al borde del colapso por su alto nivel de deuda. La deuda (a bancos, inversores privados y mercados de bonos internacionales) ha subido hasta los 13.000 millones de euros y cinco universidades punteras (entre ellas las prestigiosas UCL e Imperial College, en Londres) doblaron su deuda el año pasado en su afán de atraer más estudiantes.

La situación se podría complicar si el Gobierno cumple sus intenciones de recortar las ayudas para las tasas de matrícula. “Hay niveles de incertidumbre sin precedentes por culpa del 'brexit', la revisión de las tasas de matrícula y el gasto y estos factores influyen en los prestamistas. Universidades como Oxford o Cambridge no tendrán problemas, pero otras van a quebrar en el 2019”, avisó Nick Hillman, director del centro de investigación Higher Education Policy.

CAMPAÑA MEDIÁTICA

Mientras tanto, el Gobierno se prepara para el sprint final del 'brexit' y el ministro del 'brexit', Stephen Barclay, ha anunciado que, a partir del martes, cuando se reanuda en el Parlamento el debate del acuerdo de May, lanzará una campaña mediática en televisión, radio, diarios y redes sociales para explicar a los ciudadanos cómo reaccionar ante “la potencial alteración” que provocará una salida sin acuerdo de la UE, la única alternativa que da May a su acuerdo en la votación de la semana del 14 de enero. Les explicarán cómo sacarse un pasaporte nuevo para poder viajar o cómo acceder a medicamentos. “Esto es muy probable si se rechaza el acuerdo de May”, avisó Barclay. Algunos lo interpretan como campaña del miedo para amedrentar a los opositores para que acaben votando el acuerdo de May como la opción menos mala.

De momento, May aún no tiene el apoyo necesario. Esta semana se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro holandés, Mark Rutte, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un intento de lograr concesiones sobre la frontera de Irlanda del Norte y la garantía que dejaría al país de forma indefinida en la unión aduanera. Ayer el exministro del 'brexit', David Davis, animó a Theresa May a aplazar de nuevo la votación porque, dijo, la UE no quiere perder los 43.000 millones de euros de la factura de salida británica y “cuanto más nos preparemos para romper con la UE, mejor acuerdo conseguiremos”.