EL ESCENARIO SIN ACUERDO
Apocalipsis 'brexit'
La salida del Reino Unido de la UE puede desembocar en la mayor crisis del país desde la Segunda Guerra Mundial. Sin un acuerdo habría escasez de alimentos y fármacos, fuga de talentos e inversiones, y peligro de recesión económica
El brexit va camino de desembocar en la mayor crisis nacional en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial. El Gobierno pide al país que se prepare para una salida de la UE sin acuerdo. Escasez de alimentos y fármacos, peligro de recesión económica, una sanidad pública incapaz de atender a los enfermos por falta de personal, fuga de talentos, de fondos y de estudiantes en las universidades. Algunos daños son ya irreparables.
DESABASTECIMIENTO
Algunos planes de contingencia del Gobierno pueden suponer un enorme fiasco. El de los ferris inexistentes es uno de ellos. El Ministerio de Transportes anunció contratos por valor de 120 millones de euros para poner en marcha una flota extra de ferris que trasportarían mercancías entre Gran Bretaña y el continente europeo, para aliviar la congestión en el puerto de Dover. Pero la única empresa británica agraciada con un contrato (el resto son europeas), Seaborne Freigh, no posee barco alguno, ni ha operado un ferry en su vida.
La firma ha aceptado abrir una nueva ruta para el 29 de marazo, entre el puerto belga de Ostende y el británico de Ramsgate. Este último no tiene capacidad para ferris y el alcalde de Ostende exige pruebas de la rentabilidad de la nueva línea y la solvencia de naviera, que aparentemente carece de capital. El inexplicable contrato y los términos del acuerdo fue copiado del portal en internet de una cadena de comida rápida. Desgraciadamente se les coló un párrafo en el que dice: "Acepto pagar por cada comida que ordene". Esa sección, señalan desde el Gobierno, "se puso por error".
Trabajadores y sindicalistas protestan ante el Departamento de Transportes, en Londres, para protestar por las condiciones de los contratos laborales de ferris creados específicamente a causa del 'brexit' / BEN STANSALL (AFP)
Las cadenas nacionales de supermercados han comenzado a hacer acopio de comida empaquetada y enlatada. Pero el director ejecutivo de Marks and Spencer, Steve Rowe, aclara que en su negocio "el 70% son productos frescos, y todo lo que suponga un retraso contribuirá a aumentar los costes y el desperdicio". No existen almacenes, ni disponibles, ni con capacidad suficiente, para acumular las reservas necesarias en caso de crisis. Los depósitos de productos congelados y refrigerados ya se encuentran reservados para los próximos seis meses. "Ninguna cantidad almacenada va a mitigar el riesgo", afirma Mike Coupe al frente de los supermercados Sainsbury’s. "Simplemente no tenemos la capacidad, ni la tiene el país, de almacenar, para poco más de unos días, probablemente", ha zanjado.
CAÍDA DE LAS INVERSIONES
El dinero está poniendo rumbo a lugares más seguros. Desde el referéndum del 2016 el sector de los servicios financieros en el Reino Unido ha trasladado 900.000 millones en activos a Europa, según el estudio de la consultora EY. La firma basa la cifra, que estima "conservadora", en las declaraciones de 222 de los mayores servicios financieros del país.
Entidades como Credit Suisse han aconsejado a sus clientes que consideren el sacar fuera del Reino Unido sus bienes ante la falta de claridad del brexit, según publicó el Financial Times. Desde que Theresa May consiguiera aplazar la votación en la Cámara de los Comunes en diciembre, se ha incrementado el desplazamiento de inversiones en Suiza o las Islas del Canal, con la diversificación de portafolios fuera del país. "Cuanto más nos acerquemos al 29 de marzo sin un acuerdo, más trasferencias habrá de bienes, más personal será trasladado [a otras capitales] o será contratado localmente", señala Omar Alí, al frente de EY en el Reino Unido.
Dublín, Fráncfort, Paris y Luxemburgo son los beneficiarios de la mayor parte de las recolocaciones, por parte de bancos, aseguradores y grupos de inversión. El fenómeno se refleja en el sector inmobiliario. La vivienda vive un auténtico boom en la ciudad alemana, donde el valor de las adquisiciones el pasado año alcanzó una cifra récord, con un incremento del 36%. Al menos 25 bancos basados en el Reino Unido han elegido la ciudad alemana para trasladar sus operaciones y personal. En cambio, los precios de las propiedades de lujo en los barrios más selectos de Londres, un mercado dominado por los extranjeros pudientes, registra ahora los mayores descuentos desde el 2009. El golpe está siendo aún mayor para las propiedades comerciales y en especial los edificios de oficinas, un declive que se acentuó en el 2017 y continuó el último año.
MARCHA DE SANITARIOS EUROPEOS
Mientras el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, se dedica a comprar 5.000 gigantescas cámaras frigoríficas para almacenar fármacos y prevé fletar un avión dedicado al trasporte de material médico, en caso de problemas de suministro tras una salida de la UE sin acuerdo, en Ámsterdam están de celebración. Allí tuvo lugar días atrás la ceremonia de entrega de llaves del nuevo edificio que albergará temporalmente a la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), hasta que esté terminada la sede definitiva. La mudanza desde Londres de los 900 empleados está en marcha. El EMA tiene un presupuesto de 340 millones de euros y atrae cada año a unos 36.000 técnicos, científicos y visitantes de las farmacéuticas. Los británicos han perdido esta joya a causa del brexit.
El avión del ministro transportará material médico, como isótopos para el tratamiento del cáncer, desde Holanda, precisamente, Bélgica y Francia. También ha firmado dos contratos millonarios con sendas compañías para el almacenamiento de fármacos y busca a una tercera. El acopio de medicinas ya ha provocado una subida de los precios.
El brexit también ha hecho mella en los servicios sanitarios. El número de trabajadores de la Unión Europea que solicitaron una plaza en la Sanidad Pública (NHS en inglés) en los 12 meses posteriores al referéndum cayó un 17,6% y el número de los que se marcharon aumentó un 15,3%. Solo en Inglaterra hay 41.000 puestos vacantes de enfermería. Más del 5% de sus profesionales proceden de la UE. La hostilidad, el "vete a tu casa" que han escuchado algunos de boca de los pacientes, la incertidumbre y el deterioro de las condiciones económicas explican lo que esta pasando. "Vamos camino de una catástrofe. Estamos perdiendo nuestro bien más preciado: el personal", ha declarado Donna Kinnair, del Real Colegio de Enfermería.
FUGA DE TALENTOS
Algunas de las mejores universidades del mundo están en el Reino Unido. Actualmente, 130.000 alumnos procedentes de la Unión Europea estudian en ellas. Pero cuando se complete la salida de la UE, y según la nueva normativa de migración propuesta por el Gobierno, esos estudiantes necesitarán visados y ayudas de los propios centros educativos. Algo, “poco realista e irrealizable”, según el grupo Russell que reúne a algunas de las universidades más sobresalientes. El brexit se ha convertido en "una de las mayores amenazas"” para el mundo de la enseñanza superior. Un golpe, "académico, cultural y científico”, del que las universidades tardarán "décadas en recuperarse", señalan los responsables de 150 de estas instituciones en una carta dirigida a los diputados.
La preocupación es doble. Por un lado, temen que las nuevas restricciones impliquen la reducción de alumnos europeos. Tal caída vendría a sumarse a la ya registrada entre los matriculados en los cursos de posgrado, que descendieron un 5% y, más grave aún, al 9% de bajada por segundo año consecutivo, entre los posgrados dedicados a proyectos de investigación. "Los valiosos intercambios de estudiantes, personal y conocimiento, se van a ver dañados seriamente", señalan los firmantes de la carta.
Las universidades británicas tienen miedo a perder su actual poder investigador, cuando vean suprimidos los fondos procedentes de organismos, como el European Research Council o el programa Marie Sklodowska-Curie, que proyectaban facilitar al Reino Unido 1.300 millones de euros para los próximos dos años y ahora pueden volatilizarse. "Están en peligro vínculos vitales para la investigación, desde los nuevos tratamientos para el cáncer a tecnologías combatiendo el cambio climático" indica la misiva.