Varios diputados quieren arrebatar a Theresa May la dirección del país
La ‘premier’ pierde una votación en la que pedía apoyo a su negociación sobre el ‘brexit’.
i. gurruchaga | londres
Oliver Letwin es un hombre confiado. Hace 18 años, abrió la puerta de su casa a las cinco de la mañana a dos hombres que le pidieron compartir el taxi que le esperaba para llevarle al aeropuerto. Se negó porque podía perder el vuelo. Uno de ellos le pidió permiso para usar su baño. Letwin accedió y se quedó charlando con el otro. El que entró en su casa robó su cartera, su móvil, joyas de su mujer. El diputado conservador les persiguió en batín y logró recuperar la cartera.
Cuando un hombre como él, educado en los mejores colegios privados, dice que está completamente de acuerdo con lo que acaba de escuchar a veces significa lo contrario. Depende del contexto y de la entonación. Cuando el laborista Hilary Benn se sentó tras su intervención en el debate sobre una moción del Gobierno, Letwin le dijo que estaba totalmente de acuerdo con él, pero la realidad es más sutil.
Benn está convencido de que Theresa May no contempla abandonar la UE sin acuerdo. Cree que la primera ministra lo dice por su empeño en integrar a los recalcitrantes brexiters de su grupo parlamentario y en mantener la ficción de que para negociar con la UE debe amenazar con una salida abrupta, en la que, según Benn, nadie cree ni en Bruselas ni en Londres.
Letwin mostró su acuerdo con Benn para iniciar una intervención en la que partía de un presupuesto contrario: que May está tan atrapada en su intento de preservar la unidad de los conservadores que está dispuesta a esperar a la reunión del Consejo Europeo del 21 de marzo y, tras confirmar que no ha obtenido nada sustancial, someter de nuevo su Acuerdo de Salida al voto del Parlamento.
Aplazamiento de la salida
Para evitar el riesgo de una salida sin acuerdo accidental, Letwin respalda junto a la laborista Yvette Cooper y otros una propuesta de que la Cámara de los Comunes vote, el próximo día 27, a favor de someter a votación, un día después, un proyecto de ley que obligaría al Gobierno a pedir un aplazamiento de la salida de la UE si May no logra un acuerdo con Bruselas antes del 13 de marzo.
Fue conciso y elocuente en su explicación. Esa alianza de diputados de varios partidos quiere hacer algo sin precedentes en la historia británica, según Letwin. El Parlamento arrebataría al Ejecutivo el poder de legislar y asumiría sus funciones para dirigir el país. Ocurrió en un día en el que una moción del Gobierno apoyando la negociación de May y dos enmiendas fueron derrotadas. Mociones, votos y derrotas que carecen ya de importancia.