El expresidente Alan García se suicida de un tiro acosado por la corrupción
Se agrava la crisis generada por el caso Odebrecht en Perú por lo ocurrido en el momento de su detención.
david blanco | lima
El suicidio del expresidente peruano Alan García, que ayer se disparó en la cabeza cuando iba a ser detenido por supuestos delitos de corrupción, ha conmocionado a Perú y agrava el impacto de la crisis generada por el caso Odebrecht en el país sudamericano. García falleció a los 69 años, mientras era operado en el Hospital de Emergencias Casimiro Ulloa de Lima, de las graves heridas causadas por el disparo cuando policías y fiscales llegaron a su casa con una orden de detención en su contra.
Esa orden se emitió por petición del fiscal José Domingo Pérez después de que el domingo se difundiera que Odebrecht, en el marco del acuerdo de colaboración que mantiene con la Justicia peruana, reveló que el exsecretario presidencial Luis Nava, y su hijo José Nava, recibieron 4 millones de dólares de la empresa para lograr el contrato de construcción de la Línea 1 del Metro de Lima.
Alan García fue ingresado en medio de una gran confusión en el centro médico, a donde fue trasladado por la Policía que fue a detenerlo a su casa. El director del hospital, Enrique Gutiérrez, señaló que el exgobernante presentaba un disparo de arma de fuego «con orificio de entrada y salida» en el cráneo y que todos los médicos del Casimiro Ulloa participaron en la operación que intentó salvarle la vida.
Un comunicado posterior detalló que García murió a las 10:05 horas (15:05 GMT), tras haber recibido el diagnóstico de un traumatismo cráneo encefálico grave «por proyectil de arma de fuego y hemorragia incontrolable de base de cráneo». «Su deceso se produjo producto de una hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro cardiorrespiratorio», señaló el comunicado antes de expresar «las condolencias a los familiares».
Su muerte, además de haber consternado a los peruanos, sembró la incertidumbre sobre la situación política en el país y el impacto del caso Odebrecht, debido a las acusaciones de representantes del Partido Aprista Peruano (PAP), que lideraba el expresidente, contra la Fiscalía, medios de comunicación y el Gobierno.
Tensiones
El congresista aprista Mauricio Mulder declaró que esta tragedia es «la concreción de todo un mecanismo de persecución y búsqueda de popularidad enfermiza por parte de algunas personas imbuidas de poder que quieren pasar a la historia como carceleros». Tras conocerse la situación, grupos de militantes apristas llegaron hasta las afueras del hospital y protagonizaron algunos altercados con la Policía mientras acusaban a la Fiscalía y a medios de comunicación de haber presionado a García con sus denuncias. Ante la confusión generada por el trágico suceso, el ministro del Interior, Carlos Morán, defendió la actuación de las autoridades y detalló que la detención fue ordenada por el juez José Luis Chávez, del Tercer Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria.