Diario de León

DESDE EL GOBIERNO

Maduro canta victoria frente al "golpismo"

Guaidó había asegurado contar con el apoyo de los uniformados para echar a Maduro El 1 de mayo los oficialistas y opositores volverán a la calle a medir sus fuerzas

Nicolás Maduro, durante su alocución.

Nicolás Maduro, durante su alocución.

Publicado por
ABEL GILBERT
León

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Después de horas de rumores y “fake news” sobre su verdadera fortaleza política, Nicolás Maduro se presentó en horas de la noche ante las cámaras de televisión para cantar victoria frente al “golpismo” opositor.  Rodeado de sus colaboradores civiles y militares aseguró que la “escaramuza basada en la simulación” que protagonizó el pequeño grupo de uniformados que acompañó al diputado Juan Guaidó a las puertas de un cuartel de Caracas “no puede quedar impune”. Maduro anunció que tres fiscales han tomado cartas sobre el asunto y comenzaron a interrogar a los implicados en actos de “violencia armada” que buscan “arrasar con la fuerza mayoritaria que Gobierna hace 20 años”. Los conspiradores, añadió, “pensaban que iban a ser respaldados por un millón de personas”. Sin embargo “fracasaron en su plan y su llamado porque Venezuela quiere paz”.

Por el momento, Guaidó, a quién Estados Unidos y otros 50 Gobiernos reconocieron como presidente “encargado”, no parece correr riesgo de ir a la cárcel. El Gobierno supone que su detención puede desencadenar tormentas mayores provenientes de Estados Unidos. A la vez, la presencia del diputado en las calles representa un desafío político inédito para el Estado. “Lo que decía el régimen de que tenía el control de las Fuerzas Armadas es una farsa. Maduro no tiene el respaldo ni el respeto de los militares ni del pueblo. Ha sido un día histórico de la fase definitiva. La presión y la protesta generan resultados”, aseguró el legislador a través de las redes sociales antes de que Maduro hablara por cadena nacional. “Llamo a los militares a seguir avanzando en la operación libertad. Estaremos en las calles, ese es nuestro territorio. No hay posibilidad de un golpe de Estado al menos que me quieran apresar a mí. Esta es una rebelión pacífica en contra de un tirano que se encierra”. El optimismo de Guaidó desconcierta a algunos analistas.

CONJURA Y SHOW 

Maduro osciló en calificar los episodios del martes como una conjura y “un show” porque la base aéra “nunca fue tomada”. Horas antes, el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López, sostuvo que un grupo  “insignificante” de uniformados irrumpió en horas de la madrugada frente al cuartel y se apostó en la autopista Fajardo “con armas de guerra”. El 80% de los efectivos habían acudido al lugar bajo engaño y, al descubrirlo, dijo, desistieron de acompañar a Guaidó. “No vamos a permitir ninguna agresión contra la ley, la institucionalidad y la democracia. Si hay que usar las armas para defender estos principios, las usaremos”, dijo Padrino López.

La sociedad y el mundo, aseguró por su parte Maduro, pudieron ver “una Venezuela de paz y prosperidad” y otra “de la violencia, violación de los derechos político, de las armas, entregada a los intereses foráneos de la oligarquía colombiana y el imperio gringo”. Según Maduro, “en Estados Unidos no ha habido un Gobierno tan loco como este. Qué desequilibrio mental. Cuánto odio en esta gente. Hemos venido enfrentando diversas modalidades de agresión como nunca antes en la historia había sucedido”. No perdió la oportunidad de ironizar sobre los rumores propagados por la administración Trump de que estuvo a punto de subirse a un avión con destino a Cuba y que los rusos lo obligaron a atrincherarse en Caracas.

Afuera del Palacio de Miraflores los simpatizantes del Gobierno mantenían una modesta vigilia en la noche caraqueña. Por la mañana habían sido miles. Maduro los felicitó por su tesón y prometió una gran movilización el 1 de mayo “para ganar la paz”. También fustigó con vehemencia a Leopoldo López quien burló el arresto domiciliario y acompañó a Guaidó en las inmediaciones de la base aérea La Carlota. “¿Quién los auspicia? ¿Quién los financia?”. López, quien representa a los sectores más radicales de la oposición, tuvo una presencia fugaz en las calles. Luego se refugió en la embajada chilena. La fuga de su casa fue posible por la complicidad de un sector de los servicios de inteligencia (Sebin). Su director, Manuel Ricardo Cristopher Figuera abandonó su cargo y, de acuerdo con versiones periodísticas, ha sido arrestado.

SE AVECINA UNA MAYOR CONFRONTACIÓN

La crisis política tiene la particularidad de que los dos bandos se han sentido ganadores. “Felicitó a sus colaboradores por el modo en que derrotaron al golpe y pidió un aplauso para las Fuerzas Armadas”, dijo Maduro. “Mañana continuamos con la ejecución de la #OperaciónLibertad. Iniciamos la fase final y estaremos de forma sostenida en las calles hasta lograr el cese de la usurpación. ¡Vamos con todo, con más fuerza y determinación!”, señaló Guaidó, quien a tres meses de autoproclamarse mandatario interino lanzó su jugada más audaz. Cada parte ve a la otra debilitada y con un poder minúsculo. Más allá de los discursos y las consignas se encuentra la realidad. El intento de grupos opositores de tomar la base militar provocó decenas de heridos. Maduro dijo que dos coroneles que defendían el predio se encuentran en terapia intensiva.

Una sociedad empobrecida y exhausta sabe que el conflicto todavía debe atravesar fases más inquietantes. Un sector del antimadurismo que no ve la luz al final del túnel es cada vez  más proclive a dirimir la disputa con la ayuda decisiva del poder de fuego norteamericano. “Intervención” es una exigencia que hace pública sin sonrojarse.

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