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Entre gritos y empujones

EE.UU: Jesse Jackson entrega comida a los activistas atrincherados en la embajada venezolana

En los exteriores del consulado, varias personas portaban pancartas que pedían a Jackson que no ayudara a los activistas

El reverendo cuestionó la influencia estadounidense en algunos países que viven situaciones de conflicto.

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EL PERIÓDICO/EFE

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El reverendo y defensor de derechos humanos Jesse Jackson consiguió entregar el miércoles comida a los activistas que permanecen en el interior de la embajada de Venezuela, después de un forcejeo con algunos de los venezolanos pro Guaidó que llevan semanas haciendo guardia frente al edificio.

Jackson, quien fue candidato a la nominación presidencial del Partido Demócrata en 1984 y 1988, introdujo varias bolsas con alimentos en una mochila que los activistas colgaron de una ventana con una cuerda.

"No importa de qué lado se esté en la crisis política y cada vez más violenta en Venezuela. EE.UU. nunca debería apoyar el cambio de un régimen mediante un golpe militar. No podemos proclamar que somos la democracia más fuerte del mundo y al mismo tiempo alentar la toma militar del poder en cualquier parte del mundo", explicó Jackson antes de llevar las provisiones.

En el instante en que el fundador de la organización "Rainbow PUSH" por los derechos civiles depositaba los víveres en una bolsa de deportes para que posteriormente fuera izada con una cuerda hasta la ventana en la que estaban apostados los activistas, varios opositores venezolanos intentaron impedirlo y se desencadenó un intenso forcejeo.

En ese toma y daca, varios participantes se agarraron de las camisetas y se propinaron insultos, sin llegar a las manos. Finalmente, los suministros de comida alcanzaron la ventana, donde dos activistas tiraban de la cuerda.

Las puertas de acceso a la legación permanecen bloqueadas y varios agentes del Servicio Secreto rodean el edificio, donde ya no hay agua ni electricidad.

No obstante, durante el rifirrafe de este miércoles las fuerzas de seguridad estadounidenses no intervinieron, aunque estuvieron presentes en todo momento.

"No podemos poner a Venezuela en sumisión, hay que utilizar la diplomacia, sentarse en una mesa y llegar a una resolución", defendió Jackson en declaraciones a la prensa entre gritos de los opositores que piden la salida de los activistas.

Además, el reverendo cuestionó la influencia estadounidense en algunos países que viven situaciones de conflicto como el Yemen y Siria.

Varias personas portaban pancartas que pedían a Jackson que no ayudara a los activistas: "Señor Jackson, ha luchado por el bien en su país, por favor, no apoye todo lo que es malo para nosotros. Venezuela Libre", decía una de las consignas.

Sin embargo, el reverendo paseó de la mano con las líderes del grupo "Code Pink", que lidera a los activistas que resisten dentro de la embajada para evitar que los enviados del líder opositor venezolano Juan Guaidó tomen el control de la sede diplomática con el apoyo estadounidense.

La embajada venezolana, en el acomodado barrio de Georgetown, se ha convertido en un símbolo de la lucha de poder dentro de Venezuela, donde Guaidó, que se proclamó presidente interino en enero, y el mandatario Nicolás Maduro reclaman la jefatura del Estado.