DECISIÓN RESPONSABLE
El Senado de Brasil echa para atrás el decreto para portar armas
Esto supone una dura derrota para Jair Bolsonaro, quien ha defendido esto como parte de su política de seguridad pública para combatir así la violencia
El pleno del Senado de Brasil rechazó un decreto firmado en mayo por el presidente de su país, Jair Bolsonaro, que flexibiliza las normas para la compra y el porte de armas y por el que el mandatario abogó hasta último momento.
La decisión, adoptada por 47 votos frente a 28, supone una dura derrota para el líder de la ultraderecha, aunque el asunto ahora deberá pasar a la Cámara de Diputados, que tendrá la última palabra y en la que el oficialismo puede contar con una amplia mayoría.
COMBATIR LA DELINCUENCIA
Jair Bolsonaro apoyó buena parte de su campaña electoral del año pasado en esa iniciativa, con la que se pretende armar a la sociedad para promover la autodefensa y combatir así la violencia que causa cada año 60.000 muertes en Brasil.
Sin embargo, la mayoría de los senadores consideró que tal como había afirmado la Comisión de Constitución y Justicia de esa cámara, una materia de esa naturaleza no puede ser decidida por decreto y sólo puede tramitarse bajo la forma de proyecto de ley, lo cual implicaría meses de debate en el Parlamento. La palabra final la tendrá la Cámara baja, que deberá debatir el asunto en las próximas semanas.
Antes de la sesión, el gobernante insistió en que la sociedad tiene derecho a defenderse de la delincuencia y para eso todos los "ciudadanos de bien" deben tener la posibilidad de comprar un arma y usarla en aquellos casos en que sus vidas o su patrimonio sean amenazados.
De acuerdo con el decreto rechazado por el Senado, entre los autorizados a portar armas figurarían los políticos que ejercen un cargo electivo, camioneros, periodistas dedicados a la crónica policial, abogados, agentes de tráfico y empleados de empresas de transporte de valores, así como cazadores y socios de clubes de tiro.
CHAVISMO DE DERECHA
Entre los opositores a la liberación de las armas, uno de los más enfáticos fue el senador Randolfe Rodrigues, del partido Rede, del campo progresista, que llegó a comparar a Bolsonaro con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013).
"Bolsonaro dice que las personas tienen que estar armadas hasta por si hubiera un golpe de Estado. Y eso lo decía Chávez. Es decir, que estamos en una especie de chavismo de derecha", que tiene "el mismo carácter autoritario, ya sea en Venezuela o en Brasil", dijo.
Según Rodrigues, el debate supera el propio tema de las armas y "es sobre democracia, porque si se acepta en el Parlamento luego vendrán más y más decretos" y "quien sabe si alguno no será para declarar ilegal a algún partido o algún congresista".
El senador Sergio Olimpio, mayor de la Policía Militar y jefe del grupo del oficialista Partido Social Liberal (PSL) en el Senado, se cuadró con Bolsonaro y dijo que lo único que hace el decreto es "dar voz y voto al más del 60 % de los brasileños que en 2005 dijeron (en referendo) que querían comercio y porte de armas".
El resultado de ese referendo no vinculante fue ignorado entonces por el Gobierno que presidía en la época Luiz Inácio Lula da Silva y según el mayor Olimpio, Bolsonaro "ha venido a corregir" lo que calificó como una "falta de respeto a la voluntad popular". Entre los defensores de armar a la población se anotó el senador Luiz do Carmo, del partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), quien recordó emocionado que, en 2012, una de sus hijas murió en un asalto.