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Trump abre su reelección con el anuncio de redadas masivas

El presidente quiere presumir de mano dura durante su campaña para ganarse 4 años más.

Un manifestante protesta contra la reelección. MORA

Publicado por
León

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mercedes gallego | nueva york

Hace justo cuatro años Donald Trump lanzó su campaña presidencial arremetiendo contra México por enviar a EE UU gente «que trae drogas, crimen o son violadores». «Voy a pararlo, y voy a pararlo rápido», prometió. Ayer, al lanzar su campaña de reelección, volvió a golpear la piñata mexicana para desatar el odio contra la inmigración que tan buenos réditos electorales le dio entonces.

En un tuit que cogió por sorpresa a los propios miembros de su Gobierno y, en especial, a los de Aplicación del Servicio de Inmigración y Aduanas de EE UU conocido como ICE, el mandatario anunció que la semana que viene «ICE comenzará el proceso de sacar a millones de extranjeros ilegales». Con el anuncio de estas redadas masivas que los propios miembros de ICE no creen tener la capacidad de ejecutar, dio el pistoletazo de salida a una nueva campaña que, en realidad, comenzó al día siguiente de ser elegido.

Mientras Melania Trump ultimaba los detalles de un modelito con el que batir en Orlando su majestuoso descenso por las escaleras de la Torre Trump, que retrató la candidatura en 2015, millones de inmigrantes preparaban a sus hijos para el momento en que lleguen a casa y se encuentren huérfanos de facto. El gran dilema de las redadas contra los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se encuentran en el país es que, a estas alturas, muchos han creado familias con hijos nacidos en EE UU que tienen la nacionalidad estadounidense.

Las iglesias como refugio

Desde la elección de Trump, ICE redobló la campaña de terror sobre esta población, que a menudo busca refugio en las iglesias para que no les separen de hijos que ni siquiera hablar el idioma natal de sus padres. Y desde que les dieron instrucciones de dónde encontrar los pasaportes, los datos de las cuentas bancarias y a casa de quién irse en caso de que fueran arrestados repentinamente en medio de la calle, muchos de estos niños viven aterrorizados temiendo el momento en que vuelvan de la escuela y se encuentren la casa vacía.

La política de separación fmiliar es tan controvertida desde el escándalo del año pasado, que dejó a cientos de niños permanentemente desconectados de sus familias que la secretaria de Seguridad Doméstica, Kirstjen Nielsen, y el director en funciones de ICE, Ronald Vitiello, se atrevieron a expresarle al presidente sus objeciones. Ambos fueron destituidos en abril.

Sus sucesores han accedido gustosamente a redoblar la campaña de deportaciones que dará más visibilidad a su dureza contra los inmigrantes en plena temporada electoral, pero no esperaban que lo publicitase y les comprometiese a deportar «millones», como tuiteó Trump. «Los vamos a sacar tan rápido como llegan», prometió.

En el Departamento de Seguridad Doméstica, una fuente de CNN dijo a la cadena que ayer no había «muchas caras felices» por allí. Tampoco en los barrios hispanos de grandes ciudades como Nueva York, Chicago y Los Angeles, que a pesar de ser consideradas ciudades santuario por las políticas de sus alcaldes, se enfrentan a la acción de este cuerpo federal al servicio de la Casa Blanca.