La negociación del ‘brexit’ no avanza a falta de las propuestas de Londres
laura zornoza | bruselas
Los negociadores europeo y británico para el brexit , Michel Barnier y Steve Barclay, mantuvieron ayer un nuevo encuentro sin avances para desbloquear el proceso, mientras Bruselas sigue esperando que Londres remita propuestas que funcionen para sustituir la salvaguardia irlandesa.
«Michel Barnier subrayó que es esencial que haya una solución totalmente operativa en el acuerdo de salida para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, proteger la economía de la isla y la integridad del mercado único», informó la Comisión Europea al término de la reunión.
Tras la reunión de ayer, Bruselas reiteró su voluntad de examinar «cualquier propuesta legalmente operativa y funcional» que cumpla los mismos objetivos que la salvaguarda irlandesa, pero fuentes diplomáticas confirmaron que los documentos oficiosos remitidos por el Reino Unido hasta ahora «no constituyen una alternativa seria».
Según las mismas fuentes, los conceptos recogidos en este documento «no llevan a una solución legalmente operativa» para el mercado único, ya que, por ejemplo, el Reino Unido pretende aplicar solo ciertas normas fitosanitarias, lo cual «pondría en riesgo la salud de millones de ciudadanos» dentro de la UE.
Los Veintisiete se dividen ahora entre los que confían en que el Gobierno británico adoptará una posición más realista tras la celebración de la conferencia del partido conservador a principios de la próxima semana y los que ya no esperan avances y creen que la cumbre europea de octubre, a la que asistirá el primer ministro británico, Boris Johnson, hará más patentes las divisiones entre ambas partes, dijeron las fuentes.
En cualquier caso, en esta cumbre no habrá espacio para la negociación, como Johnson defiende, y los Estados miembros creen que cualquier propuesta debe llegar, como tarde, a finales de la próxima semana para dejar margen suficiente para que Bruselas y los gobiernos nacionales puedan revisarla.
La Comisión Europea encabeza desde 2017 las negociaciones con el Reino Unido en nombre de los Estados miembros y hasta ahora las cumbres europeas sobre el brexit se han empleado para dar luz verde a documentos ya negociados por el equipo de Barnier, acordar posturas negociadoras o conceder prórrogas al proceso del brexit .
Ambas partes coinciden en la voluntad de evitar la frontera dura en Irlanda, que pondría en peligro la estabilidad y la paz en la región del Ulster, pero no se ponen de acuerdo en cómo hacerlo.
La Comisión Europea había pactado con la predecesora de Johnson, Theresa May, un plan de emergencia en el caso de que la UE y el Reino Unido no hubieran cerrado un acuerdo comercial antes de que los británicos se desvincularan por completo de las estructuras comunitarias, esto es, cuando las legislaciones en la República de Irlanda e Irlanda del Norte sean diferentes.
El plan consistía en que el Reino Unido al completo alineara sus normativas con las de la unión aduanera europea, y que Irlanda del Norte adoptara también varias pertenecientes al mercado único, de forma que no hubiera una gran divergencia en las legislaciones que evitara el intercambio fluido de bienes y servicios.
El Parlamento británico rechazó hasta en tres ocasiones el acuerdo que contenía ese plan de salvaguarda y el nuevo Gobierno de Boris Johnson ha hecho de este tema su caballo de batalla, prometiendo incluso que, si no se eliminaba del acuerdo, el Reino Unido se marcharía de la UE sin un acuerdo.