En México las noticias se firman con sangre

Nevith Condés Jaramillo, director del portal ‘El observatorio del sur’, fue asesinado el 24 de agosto pasado. Su cuerpo apareció en la comunidad de Cerro de Cacalotepec, en el centro de México, con cuatro heridas de arma blanca. Semanas antes había denunciado amenazas, aunque no recibió protección de ningún tipo por parte de las autoridades, según los medios locales. Él fue uno de los diez periodistas asesinados en México en 2019, una cifra que convierte al país en el territorio sin conflicto armado más peligroso para los profesionales de la información. En los últimos ejercicios, escribir noticias sobre corrupción o crímenes puede ser una sentencia de muerte en este país latinoamericano. En una década, se han registrado 3.594 agresiones y 95 asesinatos de informadores. Las víctimas suelen trabajar en medios locales redactando noticias de crímenes y corrupción. Artículos que se acaban escribiendo con sangre. En el caso de Condés, publicó noticias sobre extorsiones policiales, fallos de los servicios públicos y sobre el derribo de un helicóptero en el municipio de Sultepec.

La ola de crímenes alcanzó su punto álgido entre el 30 de julio y el 2 de agosto de 2019, cuando cuatro reporteros fueron asesinados. Entre ellos estaba Jorge Ruiz, reportero del ‘El gráfico de Xalapa’, que firmó información crítica con la gestión del Ayuntamiento de Actopan.