EI festeja la guerra de sus enemigos
El pasado jueves, en el editorial de su boletín semanal Al Naba, el EI celebró la muerte de Soleimaní, que luchó contra los radicales en Siria e Irak, y apuntó a que todas las partes se enfrentan entre ellas «sin considerar que sus guerras afectan a su guerra contra el Estado Islámico».
De hecho, el asesinato de Soleimaní ha reforzado el sentimiento antiamericano en la región, sobre todo entre los aliados árabes chiíes de Irán, como los rebeldes hutíes del Yemen y el grupo chií libanés Hizbulá, y ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de la «interferencia» de Washington en Oriente Medio.
El domingo, el líder de Hizbulá y principal aliado de Irán en el Líbano, Hasan Nasralá, afirmó que los militares estadounidenses tienen dos opciones para abandonar la zona: «vivos o muertos».
En el peor de los escenarios, los extremistas podrían retomar el control de pueblos del oeste de Irak y el norte de Siria para reclutar y entrenar hombres, y planear acciones contra países árabes, europeos y EE UU.