Turquía lanza una operación a gran escala para hacer retroceder a El-Asad
Ankara asegura que en la ofensiva sobre Idlib derribó dos aviones sirios Sukhoi Su-24
Recep Tayyip Erdogan cumplió su amenaza y Turquía puso en marcha la operación Escudo de Primavera, la cuarta gran operación militar que lanza en el norte de Siria desde el inicio de la guerra. Esta vez el enemigo no son los kurdos, sino el Ejército de Bashar el-Asad y el objetivo es «poner fin a las masacres del régimen e impedir una ola migratoria», según el ministro de Defensa, Hulusi Akar, quien confirmó el derribo de dos aviones sirios Sukhoi Su-24, la destrucción de 103 tanques y aseguró que sus tropas lograron «neutralizar» a 2.212 miembros de las fuerzas enemigas.
La ofensiva militar se produjo de forma paralela a la decisión de Ankara de no frenar la llegada de refugiados a las fronteras de la Unión Europea, una forma de presionar a Bruselas para que no se entrometa en sus planes en Siria que se tradujo en la llegada de más de 13.000 personas a la frontera con Grecia, según datos de la ONU. En realidad, Escudo de Primavera se puso en marcha el jueves por la noche, poco después de conocer que 36 soldados turcos perdieron la vida en un bombardeo en Idlib, pero los responsables de Defensa esperaron al fin de semana para dar detalles sobre el nombre y objetivos y, sobre todo, esperaron a que Rusia, principal aliado de El-Asad, no moviera ficha.
Erdogan pidió el sábado a Vladímir Putin que se «apartase del camino» de Turquía en Siria, y aseguró que Damasco «pagará el precio» por sus ataques. «No tenemos intención de enfrentarnos a Rusia», repitió en varias ocasiones Akar en su encuentro con la prensa. Durante el fin de semana, al menos, la impresión es que Putin accedió a la petición turca y las fuerzas de Ankara, apoyadas por grupos islamistas sirios, recuperaron terreno y golpearon a bases del Ejército, donde había también presencia de iraníes, aeropuertos militares y sistemas de defensa antiaérea. En el intercambio de golpes, la agencia oficial Sana informó del derribo de tres aviones no tripulados turcos, uno de ellos en Saraqeb, ciudad clave para el control de la autopista que une Alepo con Damasco.
El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, declaró que las negociaciones para poner fin a la escalada de violencia están abiertas, pero que «el problema de Idlib solo puede ser resuelto entre los presidentes Erdogan y Putin».