Diario de León

Lukashenko lanza un señuelo a la UE y la oposición para ganar tiempo

Abre la puerta a «compartir el poder» mediante una reforma constitucional en Bielorrusia

Manifestación de partidarios de la oposición ayer en Minsk, ante el Parlamento. TATYANA ZENKOVICH

Manifestación de partidarios de la oposición ayer en Minsk, ante el Parlamento. TATYANA ZENKOVICH

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En medio de una intensificación de las protestas por la manipulación de los resultados de las elecciones presidenciales del pasado día 9, con muchas de la principales empresas del país en huelga, incluida una parte de los estudios centrales de televisión, y la reprobación internacional, el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, insistió ayer en su propósito de no abandonar el poder y de no repetir ahora los comicios. Pero ha abierto la puerta a «compartir el poder» mediante una reforma constitucional, tras la que sí se convocaría unas elecciones presidenciales.

El proceso, no obstante, podría dilatarse mucho en el tiempo y para iniciarlo exige el cese de las movilizaciones.

«Una redistribución de las responsabilidades debe pasar por un proceso constitucional y no por acciones callejeras», lanzó Lukashenko ante los trabajadores de la fábrica de automoción pesada MZKT de Minsk (Volat).

Los obreros de la planta están en huelga en solidaridad con los manifestantes que piden unas nuevas elecciones y el fin de la represión, pero el primer mandatario del país, que llegó allí a bordo de un helicóptero en compañía de su hijo menor Kolia, anunció que no habrá ninguna repetición electoral por ahora. «Mientras no me matéis, no habrá otras elecciones», manifestó. Les pidió también que regresen a sus puestos de trabajo.

Nada más llegar, el presidente Lukashenko tuvo que escuchar a coro de todos los presentes la palabra «¡lárgate!» de manera continuada..

Él ni se inmutó y les dio las gracias cuando terminaron de gritar. Sorpresivamente, el momento fue retransmitido en directo por el canal estatal Ont. A continuación, tomó la palabra y les dirigió un discurso.

Muchos medios de comunicación rusos interpretan la oferta de modificar la Carta Magna como un señuelo a la Unión Europea y a la oposición para ganar tiempo y tratar de parar las movilizaciones. Advirtió que «bajo presión no se puede cambiar la Constitución».

Poco antes, aseguró que «no lograrán jamás que yo haga algo porque me presionan». Pero, por el momento, no ha detallado a qué estamento irían a parar parte de sus actuales prerrogativas. Lukashenko visitó después otras fábricas con el mismo mensaje de que renuncien a los paros, pero cada vez son más las que se unen a la huelga. Además de MZKT, están parcial o totalmente en paro factorías como Belaruskali, uno de los principales productores mundiales de fertilizantes, Naftan, MTZ, MAZ y BelAZ.

Desde el comienzo de las protestas, ha habido dos muertos, centenares de heridos y cerca de 7.000 detenidos, de los que por lo menos 2.000 fueron puestos en libertad. La Fiscalía General de Bielorrusia sostiene que apenas quedan manifestantes en los calabozos, aunque no hay constancia de que todos hayan sido liberados. Muchos han denunciado torturas y vejaciones mientras estuvieron bajo arresto.

Lo malo sería, considera el experto Vladímir Pastujov, que el presidente bielorruso no logre parar las protestas y el país quede sumido en el caos. En tal caso, según Pastujov, «la posibilidad de una intervención militar rusa sería muy alta y eso sería una catástrofe».

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