Lukashenko saca blindados a la calle para contener las masivas marchas de protesta
Con la convocatoria de una gran manifestación en Minsk, la oposición ha sostenido su pulso con el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, crecido en los últimos días por el apoyo explícito que le ha brindado el Kremlin.
Pese a los esfuerzos de la policía, el grueso de los manifestantes lograron acceder a la Plaza de la Independencia y se mantuvieron allí durante largo rato, pese a la lluvia que comenzó a arreciar y la llegada de siete blindados artillados con ametralladoras de grueso calibre.
Cuando los opositores comenzaron a retirarse, calados hasta los huesos por la lluvia, lo hicieron con la satisfacción de haber obligado al mandatario a exhibir, una vez más, la fuerza militar bruta ante una multitud desarmada y pacífica que defiende sus derechos.
La policía, que ha ganado a lo largo de estas tres semanas fama por el uso arbitrario de la fuerza y el acoso de los periodistas, no demoró en comenzar las detenciones: en algunos casos la multitud trató de evitar los arrestos e incluso se fue de las manos con los agentes del orden.
La portavoz del Ministerio del Interior, Olga Chemodánova, informó de que poco después del inicio de la marcha «una multitud se abalanzó contra un auto de la policía y lo dañó», mientras que los agentes detuvieron a 125 manifestantes «por su participación en protestas masivas no autorizadas».
Los uniformados formaron filas para bloquear a los manifestantes, algo que lograron en varias ocasiones, pero en otras fueron empujados por la multitud que los superaba en número entre gritos de «¡Cómo no les da pena! ¡Vergüenza! ¡Este es nuestro país! ¿Qué hacen?»
Se trata de la tercera marcha dominical convocada por la oposición «por la paz y la independencia», tras las elecciones del pasado 9 de agosto, en las que fue declarado ganador Lukashenko, resultado que la oposición no reconoce.
La manifestación se convirtió en una ofrenda especial para el mandatario en su aniversario 66: entre las pancartas se podía leer «¡Sal, Sahsa! (diminutivo de Alexandr) ¡Vinimos a felicitarte» y «¡Feliz cumpleaños! ¿Te gusta nuestro regalo?». Horas antes, el mandatario bielorruso sostuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin -el número de estas se ha incrementado considerablemente durante las últimas semanas-, quien le felicitó por su cumpleaños.
Esta llamada se efectuó días después de que Putin admitiese tener una reserva de uniformados dispuestos a intervenir en Bielorrusia a solicitud de Lukashenko en caso de emergencia.
Pero esta amenaza no amilanó a los opositores: en esta ocasión, la convocatoria fue comparable a la del domingo anterior, cuando acudieron a la manifestación más de 100.000 personas, hecho que confirmó el canal de Telegram opositor Protesti v Mire.