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Aseguran que Putin tiene una hija secreta de 17 años de una limpiadora

La supuesta amante del presidente es ahora una de las mujeres más ricas del país

Publicado por
León

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Aparte de María y Ekaterina, las dos hijas nacidas de su matrimonio con su exesposa, Ludmila, al presidente Vladímir Putin se le atribuye un hijo con la gimnasta rusa, Alina Kabáyeva, algo que nadie ha podido demostrar y del que no se ha difundido ni una sola foto. Pues bien, ahora la publicación digital rusa Proyekt acaba de airear un nuevo desliz del zar ruso con una antigua empleada de la limpieza con la que también habría tenido una hija.

La chica, según Proyekt, tiene ya 17 años, se llama Elizaveta y su madre pasó en poco tiempo de ser una humilde mujer de la limpieza a poseer diversos negocios y nadar en la abundancia. Se trata de Svetlana Krivonóguij, desconocida para la inmensa mayoría de los rusos, residente en San Petersburgo y cuyos activos están valorados en miles de millones de rublos. Posee una participación del 3% en el Bank Rossía.

Esta institución financiera es uno de los veinte bancos más grandes del país. Su mayor accionista, Yuri Kovalchuk, es amigo íntimo de Putin.

En 2014, inmediatamente después de la anexión de Crimea, el banco fue sancionado, tras lo cual Putin anunció que, como muestra de apoyo, abriría una cuenta en el banco y mantendría allí su nómina.

Los autores de la investigación realizada para Proyekt sostienen que Krivonóguij recibe habitualmente lujosos obsequios de personas del círculo cercano del jefe del Kremlin, entre ellos del violonchelista Serguéi Rolduguin, se desplaza en vuelos privados se pasea en un yate que cuesta cinco millones de euros y es además dueña de un apartamento en una urbanización de élite en la isla Kámenni, una de las muchas que salpican la desembocadura del río Nevá. Allí viven también viejos socios de Putin de la famosa y polémica cooperativa «Ozero» (lago), uno de sus primeros negocios surgido cuando trabajaba en la alcaldía de San Petersburgo. Con aquello amigos el presidente ruso se divertía practicando judo.

Esta supuestamente amante del principal mandatario goza también de una bella mansión en el jardín Tavricheski de la antigua capital imperial rusa y gestiona los beneficios de la estación de esquí de Igora, en la parte norte de la región de Leningrado. Se calcula que su fortuna alcanzaría unos 8.000 millones de rublos, cerca de 90 millones de euros, capital que, a juicio de la publicación rusa, se habría amasado gracias a su estrecho vínculo con el jefe del Estado.