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La agencia podrá entrar en ficheros de grupos políticos, religiosos, bibliotecas y web sin tener indicios de delito

Duras críticas en EE. UU. por el plan del FBI de ser súper espía doméstico

La decisión de dar manos libres al FBI en su lucha contra el terrorismo está recibiendo críticas desde todos los sectores de la s

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Bárbara Celis Corresponsal de NUEVA YORK.
León

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El líder político Martín Luther King fue uno de los muchos norteamericanos sometidos a la vigilancia del FBI durante los años setenta en una operación de espionaje doméstico denominada Cointelpro y dirigida a desbaratar grupos políticos. El escándalo que siguió al descubrimiento de aquella y otras operaciones similares provocó la creación de una serie de principios de autocontrol que prohibían al FBI utilizar fuentes de información pública a menos que hubiera una investigación en curso. Ahora en cambio, desde grupos religiosos a partidos políticos podrían verse vigilados sin que exista indicio de delito. «La primera Enmienda de la Constitución (libertad de expresión) está en peligro. Si en una sociedad libre políticamente hay que empezar a preocuparse por la presencia del FBI en las reuniones públicas estamos creando un problema» aseguraba ayer en el New York Times David Cole, un profesor de derecho de la universidad de Georgetown. Los grupos religiosos musulmanes están especialmente preocupados. «La medida sólo sirve para elevar el miedo de la sociedad y aumentar la paranoia contra los musulmanes», afirmó ayer Shaker Elsayed, secretario general de la Muslim American Society. Su organización comparte preocupación con otras dedicadas a la lucha por las libertades civiles. «El Gobierno está utilizando la crisis terrorista para hacer una serie de cambios que no tienen nada que ver con el terrorismo», dice James X Dempsey, del Centro para la Democracia y la Tecnología. Para la poderosa ACLU, (American Civil Liberties Union), «la persecución que sufrió Luther King nos recuerda la potencialidad de abusar que tiene un Gobierno cuando tiene demasiado poder para callar las voces disidentes».