La CIA no detuvo a dos de los pilotos suicidas del 11-S pese a que tenía información desde el 2000
Continúa el goteo de pruebas que apunta a un mal funcionamiento de las agencias de inteligencia norteamericanas en relación al 11-S. La CIA es el nuevo blanco de la polémica, al conocerse que no reaccionó frente a las informaciones que obtuvo en el año 2000 respecto a dos sospechosos de Al Qaida que resultaron ser dos de los pilotos suicidas. Las informaciones proceden del dossier entregado por la CIA al Congreso, que ha comenzado los interrogatorios a puerta cerrada sobre los fallos de la inteligencia norteamericana. Khalid Almihdhar y Nawaf Alhazmi asistieron en otoño del 2000 a una reunión de terroristas de Al Qaida en Malasia. La CIA lo supo, e incluso relacionó posteriormente a uno de ellos con un atentado que se produjo en Yemen contra un navío estadounidense. Pero sus dos nombres sólo se convirtieron en sinónimo de peligro para las autoridades norteamericanas el 23 de agosto pasado, cuando Almihdhar y Alhazmi entraban a formar parte de una lista de personas vigiladas utilizada por el servicio de inmigración para denegar la entrada en Estados Unidos. En esa fecha la CIA lanzó su principal alarma contra posibles ataques de Al Qaida contra Estados Unidos pero para entonces, ambos terroristas ya estaban en suelo estadounidense, preparando el atentado del 11-S en el que morirían pilotando el avión que se estrelló contra el Pentágono. Ambos terroristas habían estudiado en escuelas de vuelo estadounidenses, pero jamás se conectaron sus nombres con el polémico informe del FBI porque la CIA y la agencia federal nunca cotejaron sus informaciones.