Los países pequeños se rebelan contra la idea de Aznar y Blair para Europa
Ellos han fundado la nueva Europa y no quieren que el proyecto se les vaya de las manos. Los tres países del Benelux se han rebelado contra la propuesta lanzada por Francia, España y el Reino Unido, que consiste en suprimir las presidencias semestrales y de reformar radicalmente el Consejo. Aznar, Blair y Chirac son partidarios de crear una especie de directorios -formados por grupos de entre cuatro y cinco países-, que se encargarían de liderar la UE de forma colegiada, aunque al frente del mismo siempre estaría uno de los seis grandes: Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España y Polonia. En una carta entregada al presidente español, José María Aznar, sus homólogos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo argumentan que cualquier reforma «debe respetar el principio de igualdad de los Estados miembros». El debate sobre la reforma de las instituciones comunitarias está abriendo una auténtica lucha por el poder en la Unión Europea que coloca en frentes distintos a los grandes países, afanados en reforzar su papel de liderazgo en una UE ampliada a 27 estados, y a los pequeños, que ponen el mismo empeño en que se preserve la «igualdad» entre los socios. La propuesta para reformar el profundidad el Consejo Europeo, creando la figura de un presidente electo y suprimiendo las presidencias semestrales de la Unión, ha encontrado serios recelos en los países del Benelux. El reparto del poder en la actual Unión Europea equipara, en muchos sentidos, el peso que tienen los Estados. Con la ampliación de la UE al Este, en el 2004, Alemania presidiría la Comunidad un semestre cada 14 años, el mismo tiempo que tendría Malta cuando ingrese en el club, y de esto no quieren ni oír hablar los grandes países.