Diario de León

Es un joven kuwaití al que Estados Unidos ha puesto ya precio a su cabeza: el mismo que por Bin Laden

El FBI identifica al cerebro del 11-S

La lista de los terroristas más buscados por Estados Unidos incluye ahora a Khalid Shaikh Mohamed, a quien el FBI considera el cerebro de la op

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Bárbara Celis Corresponsal de NUEVA YORK.
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Osama Bin Laden no pudo planear desde una cueva de Afganistán toda la operación del 11-S. La mente maestra que lo hizo fue Khalid Shaikh Mohammed, uno de sus principales lugartenientes cuya detención ha sido valorada por el FBI en 25 millones de dólares. Su conexión directa con los atentados que acabaron con las Torres Gemelas y dejaron más de 3.000 muertos no ha sido reconocida oficialmente, pero sí filtrada a la prensa a través de altos funcionarios de Gobierno. Mohammed es un preso codiciado. Se le considera implicado en los planes desmantelados en Filipinas en 1995 para secuestrar y derribar hasta once aviones americanos que sobrevolaran el Pacífico. Aunque se desconoce con exactitud cuáles eran los objetivos de esos once aviones, se mencionó el cuartel general de la CIA y las Torres Gemelas. Al Qaida había estado detrás de las Torres Gemelas durante al menos una década. De hecho, a Mohammed se le cree pariente de Ramzi Ahmed Yousef, encarcelado de por vida en una prisión de Colorado por la explosión en el WTC en 1993, que mató a seis personas. El Gobierno norteamericano cree que el hombre que planeó el 11-S tiene 37 o 38 años, nació en Kuwait y se encuentra en alguna parte de Pakistán o Afganistán. La inteligencia americana detectó en los meses previos al 11-S que Mohamed había hecho una serie de operaciones financieras que ahora se creen destinadas a sufragar los gastos de la operación. Él habría sido el responsable de elegir los objetivos, fechas del ataque, asegurar el secreto de la operación y proveer de fondos a las unidades encargadas de ejecutarlo. El Gobierno ha reunido evidencias que implican a Mohammed en el centro de esa operación, pero no las revelarán por motivos de seguridad. Algunos analistas han especulado con que esa información procede de Abu Zubaydah, el lugarteniente de Bin Laden detenido en Pakistán en noviembre pasado, y al que se le atribuyen la mayor parte de los cabos que ata ahora la CIA. Mientras, un coronel de la Fuerza Aerea Norteamericana ha sido cesado de su cargo por escribir una carta a un periódico en la que acusaba al presidente George W. Bush de no haber hecho nada para evitar los ataques del 11 de septiembre. Según informaba ayer la agencia Associated Press, el coronel Lt. Col Steve Butler envió una carta al Monterrey County Herald que se publicó el 26 de mayo y en la que acusaba a Bush de haber permitido que ocurrieran los ataques porque «su presidencia no iba hacia ninguna parte». Entre los párrafos de la carta que le ha costado el cese y una investigación interna Butler afirma que Bush «no hizo nada para alertar a los americanos porque necesitaba esta guerra contra el terrorismo. Su papá tuvo a Sadam y él necesitaba a Osama. Este tipo es de risa». Aunque la prensa norteamericana apenas ha comentado la noticia, se espera que grupos de derechos civiles levanten su voz para defenderle ya que las represalias contra Butler tienen motivos claramente políticos y afectan a la libertad de expresión. Pero Bin Laden y los suyos no son los únicos enemigos de Bush. Estados Unidos insistió ayer en que Cuba posee recursos científicos y médicos avanzados y podría exportar tecnología biológica de uso militar, pero no presentó pruebas sobre sus denuncias de que habría vendido esa capacidad a otros países. «En nuestro juicio, Cuba tiene el personal capacitado, tanto médico como científico, el conocimiento... y las instalaciones de investigación. Tienen todo lo que se necesita para desarrollar una capacidad de ofensiva biológica», afirmó el subsecretario de Estado para Asuntos de Inteligencia e Investigación, Carl Ford. Durante una audiencia en el Senado, Ford repitió las creencias de Estados Unidos de que «Cuba tiene al menos un esfuerzo limitado de desarrollo e investigación para una guerra biológica ofensiva», pero no ofreció detalles, argumentando la seguridad nacional. Una prioridad del Gobierno de Bush es que los países que considera peligrosos no obtengan armas nucleares o químicas.

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