Acuciado por las críticas del 11-S, crea un Ministerio del Interior para proteger al país de ataques terroristas
Bush acomete la mayor reforma en EE. UU. desde la II Guerra Mundial
Osama Bin Laden ha conseguido con un solo ataque terrorista provocar los mayores cambios estructurales del poder ejecutivo norteamer
Mayor coordinación. Esta va a ser la máxima que rija la «gran reorganización» que van a sufrir los servicios de seguridad estadounidenses que incluye la creación de un «centro para la inteligencia» coordinado, para combatir el terrorismo, según fuentes de la Casa Blanca. El presidente estadounidense, George W. Bush, se dirigió ayer por la noche en directo por televisión a sus ciudadanos para anunciar esta reforma de los servicios de seguridad interna e información. La nueva agencia, que significará la mayor reestructuración de los servicios de policía y espionaje de EE. UU. desde la Segunda Guerra Mundial, ha sido diseñada por Tom Ridge, el director de Seguridad del Territorio Nacional. Según las fuentes, el centro para inteligencia coordinará las tareas de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA), otras agencias de seguridad y las policías estatales y locales. La propuesta, que aún debe de aprobarse en el Congreso, partió precisamente de ahí cuando, hace meses, los legisladores solicitaron que la Oficina de Seguridad Nacional dirigida por Tom Ridge pasará a convertirse en ministerio para que el Congreso tuviera jurisdicción y control sobre ella. Hasta el momento, la labor de Ridge sólo necesita de la aprobación presidencial. La propuesta de Bush se empezó a gestar tras los ataques del 11 de septiembre, cuando se creó la Oficina de Seguridad Nacional. Pero Bush era reticente a convertirla en ministerio, aunque parece que la presión provocada por las críticas contra el FBI y la CIA de las últimas semanas han precipitado la decisión. Sin embargo, Flesher aseguró que los fallos en el contraterrorismo no eran la causa de éste inesperado anuncio, que con toda probabilidad convertirá a Ridge en ministro, aunque reconoció que la CIA y el FBI necesitan trabajar juntas «y este será el lugar donde se analizarán sus informaciones». Mientras, ayer comparecía ante el Comité de Inteligencia del Congreso el director del FBI Robert Mueller, quién aseguró que su agencia necesita más agentes, más dinero y más tiempo para hacer un buen trabajo. «La necesidad de cambio estaba clara incluso antes del 11 de septiembre. Pero creo que también nuestra cultura tiene que cambiar, tanto para reaccionar contra el crimen como para prevenir futuros ataques terroristas», reconoció con humildad. En su comparecencia Mueller defendió su decisión de no informar en otoño al Congreso de la existencia del memorando de Phoenix, el que explicaba la alarmante existencia de muchos árabes tomando clases de vuelo en una escuela de Arizona y que sólo se hizo público hace pocas semanas. Según Mueller, el documento tenía que haberse entregado a un comité diferente al de Inteligencia, algo a lo que el senador republicano Arlen Specter respondió: «No es verdad, no es verdad». Mueller también reiteró su voluntad de proteger a la agente del FBI Coleen Rowley, que hace unas semanas escribió una carta denunciando la cultura del FBI y la inacción frente a informaciones relativas al hoy conocido como secuestrador numero 20. Mueller aseguró que, con las reformas en curso, el FBI estará en mejor disposición de capturar a terroristas y evitar fallos de comunicación como los que se produjeron antes del 11 de septiembre. «No creo que vaya a ser fácil, pero tampoco tengo duda de que, tras el 11 de septiembre, está surgiendo un nuevo FBI», señaló. A partir de ahora, el FBI dejará de perseguir delitos comunes para concentrarse en la lucha antiterrorista y en la prevención de posibles atentados.