El presidente Bush amenaza con suspender la ayuda exterior a Palestina si Arafat continúa en el poder
El G8, escéptico ante el plan de paz de EE. UU. para Oriente Medio
El llamamiento del presidente de EE. UU., George W. Bush, para sustituir a Yaser Arafat al frente del gobierno palestino como condición para lo
La discusión sobre Oriente Medio dominó la primera jornada y la cena de líderes, que concluyó en la noche del miércoles (madrugada del jueves en Europa), sin que los dirigentes divulgaran el contenido de la última parte de la reunión, dedicada a los conflictos regionales, y con el plan de Bush como punto estrella. Hasta entonces, sólo el primer ministro británico, Tony Blair, había mostrado un apoyo claro, aunque no total, a las propuestas del presidente estadounidense sobre la sustitución de Arafat. Blair apoyó firmemente la idea de un cambio de liderazgo en el gobierno palestino y manifestó ampliamente su frustración personal con Arafat, pero no habló expresamente a favor de sustituir al presidente de la ANP. En general, los demás dirigentes del G8 coincidieron en que son los palestinos quienes deben elegir a sus líderes en las elecciones presidenciales y legislativas anunciadas para enero, aunque evitaron evidenciar una crítica abierta hacia Bush. «Corresponde a los palestinos decidir quién va a ser su líder», dijo el primer ministro canadiense, Jéan Chrétien, anfitrión de la Cumbre, al término de la primera jornada de reuniones. Aún así, Chrétien insistió en su apoyo al conjunto del plan de Bush, como la necesidad de reformas constitucionales, legales y económicas en la administración de Palestina. Por su parte el canciller alemán, Gerhard Schroeder consideró que Arafat debe ser el interlocutor palestino mientras siga siendo presidente.