Diario de León

Guiuseppe Pinasu es el nuevo ministro de Interior italiano tras la dimisión de Claudio Scajola

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Efe - ROMA.

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El ministro para el Control del Programa de gobierno, Giuseppe Pisanu, ha sido nombrado titular de la cartera del Interior, en sustitución del dimisionario Claudio Scajola, por el jefe del Ejecutivo italiano, Silvio Berlusconi. Scajola se vio obligado a dimitir ayer, empujado por las fuertes presiones generadas tras sus despectivas declaraciones sobre la última víctima del grupo terrorista Brigadas Rojas, el asesor gubernamental Marco Biagi. Beppe Pisanu, nacido en las isla Cerdeña hace 65 años, está considerado uno de los fieles de Berlusconi y durante la pasada legislatura fue el presidente del grupo de Forza Italia en la Cámara de Diputados. Desde ese puesto clave dirigió la oposición al Gobierno de centroizquierda y su nombre se unió desde el principio a la lista de ministrables que manejó Berlusconi. Los sucesivos descartes que tuvo que hacer el nuevo jefe del Ejecutivo para atender a las pretensiones de sus socios fueron empujando a Pisanu de uno a otro ministerio, hasta acabar en el que se ocupa de controlar la ejecución del programa de gobierno. El nuevo ministro del Interior hizo buena parte de su carrera política en la desaparecida Democracia Cristiana, de la fue jefe de la secretaria nacional entre 1975 y 1980, antes de ser nombrado, sucesivamente, subsecretario del Tesoro y subsecretario de Defensa. Casado, con tres hijos y residente en la localidad sarda de Sassari, Beppe Pisanu llegó a Forza Italia en los albores de esta formación, en 1994, y desde entonces ha formado parte del círculo restringido más próximo a Silvio Berlusconi. En su primera declaración pública ha querido dejar claro, no sin cierto tono de socarronería, el que será su principal eje al frente de la nueva y compleja cartera ministerial: «en mi programa -dijo- habrá mucho silencio». Llega Pisanu y se va Scajola, otro de los hombres de confianza de Berluconi, que ha defendido con ardor su continuidad en el cargo, aunque al final ha tenido que ceder a las presiones, de su propia coalición, de la oposición y de la mayor parte de la prensa italiana. Scajola se va precedido de un exceso verbal, que le llevó a llamar «pelmazo» y avaro a la última víctima de las Brigadas Rojas, el profesor Marco Biagi, asesor de su colega de Trabajo.

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