Bush presenta su estrategia para la seguridad contra el terrorismo
El presidente estadounidense, George W. Bush, reveló ayer oficialmente en la Casa Blanca su estrategia para proteger a la nación del terrorismo. El largamente esperado plan fue desarrollado bajo la dirección de Tom Ridge, el director de seguridad interior designado por Bush tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos. Muchas de las propuestas específicas del informe de cien páginas ya eran conocidas, especialmente cuando Bush llamó hace dos meses a la creación de un Departamento de Seguridad Interior. «La actual estructura de nuestro gobierno es una mezcla, para explicarlo de alguna manera, de responsabilidades superpuestas, y realmente obstaculiza nuestra habilidad para proteger al país», dijo Bush ayer en el rosedal de la Casa Blanca, flanqueado por legisladores clave de los partidos Demócrata y Republicano. 170.000 trabajadores La estrategia llama a la creación de un nuevo departamento con alrededor de 170.000 trabajadores de varias agencias que actualmente supervisan la seguridad fronteriza y de transportes, protegiendo la infraestructura de la nación y respondiendo a atentados terroristas. Además, la estrategia establece la creación de documentos de viaje, como pasaportes, estandarizados para visitantes extranjeros y urge a los gobiernos estatales a desarrollar estándares mínimos para emitir permisos de conducción para vehículos. También prevé el aumento del uso de sensores para detectar armas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares por parte del gobierno federal en las fronteras y -si se realiza un atentado terrorista- en la atmósfera. Además, coordinaría los esfuerzos de «primera respuesta» en caso de atentados terroristas entre varias agencias a nivel federal, estatal y local. Algunas de estas disposiciones podrán ser implementadas directamente por el gobierno, mientras que para otras es necesaria la aprobación del Congreso. El presidente se mostró confiado en que el Senado y la Cámara de Representantes den luz verde a las medidas. Bush reconoció que los legisladores enfrentan «un montón de decisiones difíciles» al procurar crear el nuevo departamento antes de abandonar Washington por el receso de agosto. Uno de los principales puntos a ser analizados es si en el futuro los militares podrán realizar operaciones policiales en el interior del país, lo que actualmente está prohibido por la ley.