OPINIÓN Carlos Carnicero
Deportaciones, como los nazis
Ahora, el Gobierno de Israel dinamita las casas de los familiares de los terroristas palestinos y deporta a todos sus miembros. Los responsables del Gobierno de Ariel Sharón estas inmersos en una insensata carrera para emular la conducta que los nazis tuvieron con los judíos. De la política de asentamientos, a los asesinatos selectivos y de estos, la tortura y la violación de todos los derechos de los ciudadanos palestinos, a la deportación masiva de los familiares de quienes son responsables de actos terroristas, trasladando el castigo a un criterio colectivo. La ONU ha condenado esta conducta. Pero la ONU no existe para Israel. Es el único país del mundo que tiene derecho a una violación sistemática de las resoluciones de Naciones Unidas sin que le sean aplicadas sanciones. De la iniciativa de construir un nuevo muro de la vergüenza, que separe a las comunidades judías y palestinas, hemos pasado a la destrucción de los bienes de las familias de los suicidas. ¿Qué iniciativas le quedan a Israel, cuando fallen también estas últimas? Los territorios palestinos se han convertido en una inmensa escuela de odio y terrorismo. Pero la explicación del fanatismo, como causa última de quién se ata un fajo de dinamita al pecho y se inmola para asesinar a ciudadanos pacíficos, es demasiado simple. Existe un criadero de futuros terroristas suicidas que hacen cola para tomar el relevo de quienes van cayendo. Deportar, humillar, destruir los bienes de las familias de quienes ya han jugado su rol en esta historia, no conduce más que a aumentar la lista de voluntarios al martirio, porque incrementa las razones y las causas de esta locura, que es la inmensa injusticia que comente cada día el estado hebreo contra el pueblo palestino. La historia tiene recorridos largos en los pueblos que han elegido el camino de la resistencia. La demografía, la ubicación geográfica y, sobre todo, la razón, hace que el camino emprendido por Israel no conduzca a ninguna parte. Con estas políticas de Sharón, Israel no ha conseguido más que inseguridad y falta de esperanza, pero sin embargo una parte de su opinión pública muy importante, todavía empuja para ampliar el marco de la barbarie. En el fondo sienten pánico, y el miedo hace cometer muchos errores cuando se tiene el monopolio de la fuerza. Los palestinos tienen tiempo, porque no tienen otra cosa.