Palestina acusa a Israel de atacar para boicotear el fin del alto el fuego

La decisión de leventar el alto el fuego, fruto de negociaciones entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y representantes de la resistencia palestina contra la ocupación militar israelí, contaba con la anuencia tácita del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas). La muerte en el ataque israelí del pasado martes en Gaza, del jefe del brazo armado de Hamas en Gaza y Cisjordania, Salah Shahada, impidió que se concretara la iniciativa cuando el texto del anuncio, según las fuentes, ya había sido redactado íntegramente en inglés. El mentor ideológico de Hamas, el jeque Ahmed Yasín, del que el fallecido Shahada era uno de sus allegados, había declarado horas antes del ataque israelí desde su residencia de Gaza que cesarían los atentados suicidas y de otro tipo contra civiles de Israel si este país evacuaba sus tropas de las ciudades de Cisjordania. La existencia de negociaciones inter-palestinas para un alto el fuego fue admitida ayer, en declaraciones a la radio pública, por el ministro israelí de Hacienda, Silvan Shaloim. En los organismos de seguridad israelíes, en cambio, se negaba que tuviesen noticias de ello antes del ataque del cazabombardero F-16 que lanzó una bomba de una tonelada contra un edificio de viviendas del casco antiguo de Gaza, para matar a Shahada. Según Iediot Ajronot, el alto el fuego que se disponía a anunciar Al Fatah se refería a la población civil israelí y, a diferencia de Hamas, no lo condicionaba a que este país evacuara sus tropas de las ciudades de Cisjordania. Mientras, las víctimas inocentes siguen aumentando. Una mujer palestina y su hija resultaron heridas ayer por disparos de soldados israelíes que perseguían a su marido en Jericó, según informaron fuentes de ese pueblo Cisjordano citadas por el diario independiente Haaretz. No se aclaró el motivo por el que los soldados perseguían al hombre ni si fue detenido. Otros cinco palestinos buscados por el Ejército como sospechosos de «actividades terroristas», uno de ellos en la ciudad de Belén, y otros cuatro en Tarqumíe, del distrito cisjordano de Hebrón, fueron detenidos en la madrugada de ayer y puestos a disposición de agentes del Servicio General de Seguridad (Shin Bet) para ser interrogados. Fuentes militares, por su parte, informaron del estallido de una carga explosiva, pero sin consecuencias, junto a un puesto de la policía de frontera en la ciudad ocupada de Tulkarem, en el norte de Cisjordania. Las autoridades castrenses anunciaron ayer el levantamiento del toque de queda por unas horas para que pueda aprovisionarse la población en tres de las ciudades palestinas autónomas invadidas hace más de un mes en Cisjordania: Ramala, Hebrón y Belén.