Las diferencias de Powell con Bush hacen pensar en su dimisión
Las diferencias entre el secretario de Estado Colin Powell y el presidente George W. Bush son ya tan evidentes que el propio Powell tuvo que desmentir el otro día a los empleados de la oficina de Seguridad Nacional que esté a punto de dimitir. El diario The New York Times se hacía eco de la noticia en la portada de su edición de hoy, jueves, donde dedicaba toda una página tamaño sábana a las difíciles relaciones entre ambos hombres. Desde su nominación, Powell fue visto como un político moderado e internacionalista cuyas opiniones diferían sensiblemente con las del ala dura del Gobierno, dígase el vicepresidente Dick Cheney o el ministro de Defensa Donald Rumsfeld. Su fichaje fue precisamente para afianzar el mensaje de campaña de Bush sobre el conservadurismo compasivo. Con su pasado bipartisano se pretendía atraer al ala conservadora de los demócratas y justificar con ello el Gobierno de unidad pregonado, así como contentar a los votantes negros y servir de parapeto ante las acusaciones de racismo. Powell, un general de cuatro estrellas que se hizo famoso en la Guerra del Golfo, ha resultado un soldado leal a las órdenes del comandante en jefe, lo que no ha evitado que defienda con determinación sus propias ideas. Diferencias El jefe de la diplomacia americana se opuso al rechazo de su país al Tratado de Kyoto sobre el calentamiento global de la tierra, que tantas críticas les ha costado en el mundo. Powell también ha discrepado con la famosa frase del «eje del mal», que configura a Irak, Irán y Corea del Norte como los grandes enemigos, la congelación de las cuotas para el Fondo de Población de la ONU y, sobre todo, la política de su comandante en jefe en Oriente Próximo.