La caída de un caza en un festival aéreo causa 78 muertos en Ucracia

El Su-27 ejecutaba una maniobra acrobática cuando, por razones aún desconocidas, empezó a perder altura y se situó en vuelo lateral sobre una de las pistas del aeropuerto. Una de sus alas rozó el asfalto y todo el avión rodó aparatosamente mientras se convertía en una bola de fuego que terminó arrollando a todas las personas que encontró en su camino. Segundos después de la catástrofe, el espectáculo no podía ser más apocalíptico. Decenas de cuerpos yacían inertes en el suelo, muchos de ellos aún humeantes y otros completamente calcinados. Una madre intentaba desesperadamente reanimar a su hijo mientras una avalancha de personas trataban de comprobar si había entre las víctimas algún ser querido. La caída del caza ucranio causó además daños a otros aviones que se encontraban en la pista preparados para participar en la exhibición. Los dos pilotos, los coroneles, Volodimir Toponar y Yuri Yegórov, lograron catapultarse a tiempo del aparato y resultaron ilesos. Ambos militares, según aseguró el Ministerio de Defensa ucranio, son excelentes aviadores con una dilatada experiencia en exhibiciones acrobáticas. Según distintas fuentes, el accidente se debió a que el Su-27 tocó con su ala la rama de un árbol o un avión estacionado en la pista del aeródromo. La agencia rusa RIA-Novosti, citando a un portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranias, aseguró en un despacho que fue un fallo en uno de los motores del avión lo que provocó la catástrofe. No se descarta incluso la posibilidad de que los pilotos perdieran el control del aparato, ya que la figura que ejecutaban cuando sobrevino el accidente era de una gran dificultad técnica. En cualquier caso, será una comisión gubernamental la encargada de investigar lo sucedido. El programa incluía otros vuelos acrobáticos de aviones de combate y saltos con paracaídas. Este tipo de festivales tienen lugar cada verano, tammbién en otras repúblicas ex-soviéticas.