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Miles de palestinos desoyeron el toque de queda

La reocupación de Naplusa lleva a la desobediencia civil

Más de un centenar y medio de tanques y vehículos acorazados entraron en Naplusa en la madrugada de ayer y pusieron fin a seis días en que millares de palestinos desoyeron el toque de queda. En div

Publicado por
Eugenio G. Gascón - NAPLUSA.
León

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El toque de queda que imperaba desde hacía 50 días era cada vez menos estricto. La desobediencia civil es algo muy extraño entre los palestinos. De hecho, nadie recuerda un caso semejante al de Naplusa. Los toques de queda siempre se habían respetado. Sólo los rompían algunos jóvenes ocasionalmente pero nunca el grueso de la población. «Todos los vecinos se pusieron de acuerdo en romper el toque de queda. Aquí hay un desempleo del 60% y son muy pocos los que tienen algo que perder. Por eso todo el mundo se decidió a ignorar las órdenes del Ejército», explica Ghassan Shakah, alcalde de Naplusa. El alcalde piensa que el equilibrio que había hasta ahora se ha roto, y que esto es debido a que los israelíes han apretado demasiado las tuercas. «La gente tiene miedo, sí, pero también tiene hambre». La ruptura fue espontánea pero la autoridades locales enseguida la apoyaron. La voz empezó a correr de familiar a familiar, de vecino a vecino, y el domingo pasado, «el día D», una gran parte de la población se levantó de la cama con la firme determinación de acudir a su puesto de trabajo. «El motivo de la rebelión fue que en Naplusa el Ejército había mantenido el toque de queda por periodos de hasta 12 días seguidos, mientras que en otras ciudades se levanta algunas horas cada cuatro o cinco días. La gente no podía aguantar más». Ghassan Shakah opina que el Ejército es «inteligente» ya que permite que entre comida en la ciudad para evitar una explosión popular. «Toda la comida que llega viene de Israel, de manera que los israelíes hacen un bonito negocio. Los soldados no dejan entrar comida del Valle del Jordán». En Naplusa viven 200.000 palestinos, de los que una quinta parte son refugiados. En la Universidad miles de estudiantes no han podido examinarse.