Cadena perpetua para un dictador chileno por la muerte de un sindicalista

A 20 años del asesinato del líder sindical Tucapel Jiménez, ocurrido en 1982 bajo la dictadura de Augusto Pinochet, la justicia chilena condenó ayer a perpetuidad al autor confeso del crimen, Carlos Herrera Jiménez, ex oficial de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE). El juez Sergio Muñoz, quien tomó la causa en 1998 al removerse al anterior magistrado que no logró avances en 17 años a cargo (Sergio Valenzuela Patiño), sentenció además al general retirado Ramsés Álvarez Sgolia, quien encabezó en 1982 la DINE, a 10 años prisión, en calidad de autor, y dictó otras condenas a ex altos uniformados. Tucapel Jiménez Alfaro era el presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) y tenía como meta rearticular al movimiento sindical junto al mundo político y la civilidad, e iniciar un paro nacional que obligara a renunciar a Pinochet. Jiménez tenía además contactos con entidades extranjeras y se le atribuyó el boicot de productos chilenos que encabezó la entidad sindical estadounidense AFL-CIO. El 17 de febrero de 1982, el líder laboral llamó al paro para marzo de ese año. Sus palabras hicieron que Pinochet señalara que jamás se toleraría volver atrás y advirtió a aquellos que «en estos momentos realizan acciones contrarias al gobierno: ¡tengan mucho cuidado señores!». El 25 de febrero de ese años, Jiménez fue asesinado a tiros y degollado, al interior del taxi en que trabajaba para conseguir ingresos extras. El juez Valenzuela no consiguió ningún avance y la familia pidió su cambio ya que aseveraron que tenía un hijo que perteneció a los organismos secretos del régimen militar (1973-90). Durante su investigación, el magistrado Muñoz sometió a un general activo del Ejército, Hernán Ramírez Hald, quien el año pasado decidió renunciar pocos días antes de ser notificado su proceso.