La ejecución de Javier Suárez ha provocado las protestas de los principales partidos del país azteca
Texas aplica la pena máxima a un mexicano que mató a un policía
El inclemente estado de Texas ejecutó ayer al asesino convicto mexicano Javier Suárez Medina, pese a las protestas del Gobierno de su país y de
La Junta de Perdón y Libertad bajo Palabra del estado rechazó el martes una petición para conmutarle la sentencia por cadena perpetua. La decisión de la Junta fue tomada después de que un tribunal de apelaciones de Texas rechazase 24 horas antes una solicitud de conmutación por cadena perpetua presentada por los abogados de Suárez Medina. Ésta ha sido la ejecución número 277 en Texas, el estado que más veces ha aplicado la pena capital desde que fue reimplantada en Estados Unidos en el año 1976. Tanto Fox como grupos políticos mexicanos han denunciado que al ser arrestado las autoridades policiales de Texas no permitieron que Suárez Medina, de 33 años, recibiera asesoramiento jurídico de su consulado como lo establece la Convención de Viena. Sin embargo, las autoridades de Dallas han dicho que en el momento del arresto no estaba claro si Suárez Medina era mexicano. «Aun cuando hubiera venido de México, no es el tipo de candidato contemplado por la Convención de Viena como alguien que en un país extranjero no entiende las leyes ni procedimientos y necesita ayuda de su gobierno», dijo una portavoz del fiscal del condado estadounidense de Dallas. El presidente de México escribió este mes al gobernador de Texas una carta en la que afirmó que el castigo es «una flagrante violación» de los derechos del condenado y el lunes llamó por teléfono a Perry para insistir en que éste interceda por Suárez Medina. El presidente «se encuentra en espera y pendiente de una respuesta por parte de las autoridades texanas», dijo la Presidencia en Ciudad de México. En una conferencia de prensa ofrecida en Washington en medio de intensas gestiones para salvar la vida del condenado, las autoridades mexicanas señalaron que 11 países, incluyendo ocho latinoamericanos, han pedido que se suspenda la ejecución. En Ginebra, la Alta Comisionada para Refugiados de las Naciones Unidas, Mary Robinson, pidió al secretario de Estado Colin Powell que intervenga para salvar la vida de Suárez Medina. La ex presidenta de Irlanda manifestó que en el arresto de Suárez Medina no se respetaron las disposiciones de la Convención de Ginebra.