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Más de cien personas fueron detenidas ayer por el ejército israelí en una gran redada en Hebrón

Israel dispone de un plan para deportar a Yaser Arafat a Líbano

Las autoridades hebreas disponen de un plan para deportar a Yaser Arafat. Se trata de un plan que ha elaborado el Ejército y que se pondría en prácti

Un hombre grita a los soldados que cogieron a su hijo, ayer, en Hebrón

Publicado por
Eugenio G. Gascón - JERUSALÉN.
León

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El ministro Saeb Erekat calificó la idea de «despreciable» y subrayó que se había hecho pública mientras las dos partes tratan de reanudar las conversaciones para que disminuya la violencia. La posible deportación de Arafat se ha suscitado en varias ocasiones en el pasado pero hasta ahora nunca se había hecho pública la existencia de un plan concreto al efecto. Ariel Sharon se ha comprometido ante el presidente Bush a «no hacer daño» a Arafat, aunque sus asesores no descartan la deportación del presidente palestino si la situación en la región se deteriora. Nabil Abu Rudeinah, consejero de Arafat, calificó el plan de «sinsentido». «El Gobierno israelí ha practicado todo tipo de presión, terrorismo y represión, pero la determinación del pueblo palestino no será derrotada nunca», agregó. Los palestinos han criticado duramente los presuntos planes de Israel para deportar al líder palestino Yassir Arafat. El consejero de Arafat, Nabil Abu Rudeineh, dijo ayer en Ramallah que la publicación en medios israelíes de esta información forma «parte de la guerra psicológica contra los palestinos». Rudeineh aseguró que Israel ya «ha empleado todos los elementos posibles de presión, terror y represión, pero la determinación palestina nunca podrá ser vencida». El gobierno israelí «está enfermo y no sabe lo que hace», añadió el consejero. El segundo canal de televisión israelí informó anoche que el primer ministro israelí Ariel Sharon presentó en abril pasado a su gabinete un plan para deportar por la fuerza a Arafat. Esta acción sería llevada a cabo por una unidad de élite, que entraría en su cuartel general, situado en Ramallah, lo detendría y lo «deportaría» a una zona desabitada en un país árabe vecino, según la información difundida. Pero el gabinete rechazó este plan del entonces jefe del estado mayor Shaul Mofas, por considerar que las reacciones negativas del extranjero en caso de llevarse a cabo la deportación superarían los esperados efectos «positivos». Según el informe de la televisión israelí, Mofas había encargado a una unidad de élite los preparativos para la detención de Arafat. Los soldados tenían que llegar al cuartel general, denominado Mukataa, y arrestar al líder palestino sin causarle daños. A continuación, Arafat iba a ser llevado a un país vecino que no tuviera relaciones diplomáticas con Israel y además no tuviera buenas relaciones con Estados Unidos, según la emisora. Por lo tanto, sólo podía tratarse de Líbano o Siria. Después del regreso de las tropas israelíes, ese país iba a ser informado de la deportación de Arafat. Ni el Ejército ni la oficina de la presidencia israelí comentaron ayer esta información. Redada Por otra parte, al menos cinco palestinos resultaron heridos y más de cien fueron arrestados en una gran redada que el Ejército israelí efectuó ayer en la ciudad cisjordana de Hebrón, según informaron fuentes locales. Testigos presenciales dijeron que contingentes de tropas israelíes, apoyadas por decenas de tanques y vehículos blindados, entraron en Hebrón a primera hora de la mañana y efectuaron una redada casa por casa. Según las fuentes, los soldados golpearon a numerosos habitantes de la ciudad y destruyeron sus enseres y otras propiedades, tras lo cual concentraron a los jóvenes y se llevaron a más de un centenar de ellos, esposados, para interrogarles. Fuentes del hospital Al-Ali de Hebrón agregaron que, mientras sus compañeros efectuaban la redada, los soldados que estaban apostados en vehículos blindados abrieron fuego contra casas y civiles, en una zona residencial. Cinco palestinos resultaron heridos de diversa consideración como consecuencia de varias granadas de mano y proyectiles disparados por los soldados, en uno de los casos contra un mercado en el centro de la ciudad.